En la década de los 50 el arquitecto Frank Lloyd Wright construyó como regalo para su hijo David una casa en forma de espiral, se trataba de una de las últimas obras del arquitecto, que murió en 1959, y que muchos ven como precursora del museo Guggenheim por su planta circular y sus accesos en forma de espiral. Después de llevar en venta dos años, se ha vendido por 7,25 millones de dólares.