Estas casas rosas en las Azores eran un establo

Mezzo Atelier transforma un antiguo establo en dos casas que combinan tradición y modernidad. Con una piel de color rosa, destacan en el paisaje de São Miguel, una isla en las Azores.

Casa Rosada de Mezzo Atelier.

Un antiguo establo de principios del siglo XX construido en la isla de São Miguel (las Azores) se convierte en dos modernas casas de color rosa, gracias al estudio Mezzo Atelier. En ellas, pasado y presente conviven en armonía. 

El objetivo principal era mantener la atmósfera de la construcción original, aportando un nuevo carácter contemporáneo. En la fachada de color rosa se han abierto huecos, así como en la pared de piedra, para que la luz ilumine todos los espacios de la nueva casa. En la planta inferior se encuentran las habitaciones, mientras que la planta superior contiene las áreas sociales, bajo un techo de vigas cargado de historia. 

 

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En el archipiélago de las Azores, el estudio Mezzo Atelier convirtió un antiguo establo de principios del siglo XX construido en la isla de São Miguel en dos casas donde el pasado y el presente coexisten.

El objetivo principal era mantener el carácter, las líneas y la atmósfera rural de la construcción, al mismo tiempo que se adaptaba la estructura adjunta a una tipología completamente nueva y un diseño contemporáneo.

Se abrieron nuevos huecos, cuidadosamente, en la fachada rosa, así como en la pared de piedra. Y se agregó un nuevo volumen a la construcción principal, a modo de segunda casa. 

La casa más grande se desarrolla en dos niveles: la planta baja se abre a los espacios exteriores circundantes y se extiende a diferentes alturas, creando un piso semi-nivelado donde un espacio social da acceso a las habitaciones y al área de servicio.

El piso superior contiene los espacios sociales y fue diseñado como una planta libre para que se pueda aprovechar la estructura del techo y su altura total.

Desde la cocina hay acceso a una terraza situada en la parte superior de la casa más pequeña de la planta baja.

Los elementos nuevos, como las escaleras exteriores, que conectan la terraza exterior, son reinterpretaciones de la arquitectura vernácula de las Azores, que era importante dignificar.

 Los tonos rosas y ocre envejecidos son la identidad principal del lugar. El ocre se usaba tradicionalmente para enmarcar ventanas y puertas. 

Aquí, el ocre se emplea en las zonas oscuras del dormitorio y en la cocina, añadiendo un nuevo tipo de relación entre las vistas hacia fuera (y hacia dentro).

 

Los interiores y los muebles hechos a medida fueron cuidadosamente diseñados con el fin de crear una atmósfera neutral y pacífica, permitiendo que las vistas del jardín sean prominentes en los espacios interiores.

La madera de cryptomeria local (cedro japonés) se usó abundantemente para la construcción y el mobiliario, y las vigas de madera antiguas de pino y acacia, encontradas en el lugar, se convirtieron en mesas hechas a medida.

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