Del suntuoso estilo eduardiano al que pertenece la casa original han quedado sus elegantes proporciones espaciales, base del intenso deseo de confort que caracterizó aquel período, en el Londres de comienzos del siglo xx. En la planta baja, el salón-comedor huele a bergamota ahumada: es el vapor del té recién servido, en la mesa larga ubicada delante del ventanal y de un jardín elevado, con césped y setos de arbustos protegidos por árboles frondosos. La casa se llama Beach House, acaso porque el jardín inglés es tan amado como el mar que circunda las islas. Si el verde vegetal es metáfora del mar, la casa es entonces metáfora de playa. Algo que se percibe, sobre todo, en la planta baja.
El arquitecto Andy Martin ha reformado el edificio eduardiano con una voluntad voraz (que sus clientes agradecen) por abrirlo a la luz verdosa y el aire tónico del jardín. Para ello ha añadido en la parte posterior un cuerpo acristalado, encaramado en parte al primer nivel, y ha distribuido las funciones en dos plantas: diurnas en la parte inferior, nocturnas en la superior. Ahora es la tarde, y la tetera y las tazas esperan, en la mesa del comedor, entre un florero con rosas rojas y un frutero con mandarinas y peras. Pero –al menos, para los visitantes– la atención se desplaza hacia la atractiva escalera helicoidal que comunica ambas plantas.
En toda la ambientación decorativa del nivel inferior se rinde tributo contemporáneo a la afición eduardiana por las artes gráficas y los textiles estampados. La vivacidad de los colores alegra las estancias que dan al jardín, como aludiendo a sombrillas de colores y frescos bikinis. Los muebles –algunos, diseños del arquitecto– garantizan el ideal de confort hogareño de la tradición británica. Y, cuando la noche caiga sobre el jardín, el interiorismo de la planta alta, de maderas oscuras y tejidos azules y violetas, sabrá acompañarla, tiñendo de calma los dormitorios. Mientras, en la planta baja reinarán los ocres del crepúsculo, como una puesta de sol a orillas del mar; en este caso, de clorofila.