Con su piel transparente, su metro ochenta de altura y su risa generosa, Karolina Kurkova se ganó un sitio en el olimpo de las modelos de principios de los 2000. La modelo checa fijó entonces su residencia en Nueva York, en un apartamento de tres habitaciones –que ella dejó en dos– en uno de los edificios más carismáticos del barrio de TriBeca, con Meryl Streep o Gwyneth Paltrow como vecinas.
Hoy, convertida en una estupenda madre de tres hijos, y con residencia en el exclusivo vecindario Fisher Island de Miami, la modelo ha decidido poner a la venta su apartamento de soltera en Nueva York por 4,7 millones de dólares, una casa en la que asegura que fue muy feliz, pero que ahora se le ha quedado pequeña...