Toda la escala de grises
Apartamento en París, de Olivier Dwek
Aleks Gallardo
Periodista especializado en interiorismo Coordinador web de Arquitectura y Diseño
Porque ofrece más reflejos que nadie. Porque su gama es el puente perfecto entre el rey de los contrastes, del blanco al negro. Porque si trabajas con él, es posible llegar muchísimo más allá en cuestión de materiales, sea experimentando con un revestimiento de aluminio tratado o sacando el máximo partido de los infinitos puntos de luz que tiene el terciopelo gris cubriendo un sofá. ¿Quién habló de frialdad? El gris es vida, y así lo entiende el arquitecto Olivier Dwek, que gracias al uso de este color ha logrado una escena contemporánea de lujo en este apartamento parisino de Neuilly sur Seine. Pocas veces un color aparentemente cargado de frialdad y tristeza logra mostrar con tanta honestidad su otra gran cara, transgresora y bella.
Dwek, 46 años, de origen británico, pero belga de adopción, estudió Bellas Artes antes de comenzar su carrera de diseño de interiores y después de Arquitectura. Tal vez es por esta base artística que en la aproximación a los proyectos siempre haya roto, por sistema, las previsiones. Nunca ha hecho lo que se suponía que tendría que hacer. Ha reformado lofts, ha diseñado tiendas de lujo para Louis Vuitton, ha construido apartamentos en Bruselas pero también mansiones en la misma ciudad. Y siempre ha querido dar un giro a lo que le han pedido de entrada, guiado por unos principios muy claros: minimalismo, contemporaneidad, estudio de la volumetría, y un punto monumental y futurista.
El resultado del libro de estilo que Dwek domina se puede ver perfectamente en este apartamento de Paris. Casi nada, ni tan solo el exterior, queda al descubierto en esta amalgama de grises en armonía. Aluminio tratado que crea una bella composición en la zona del recibidor y que se confunde con los reflejos del terciopelo. Muebles de madera tintados de forma natural combinados con piedra. Vibraciones que se consiguen gracias a la luz que el arquitecto trata con máximo cariño. No en vano, según él, una de los principales logros de la arquitectura contemporánea es haber estrechado los marcos de los ventanales para conseguir que la naturaleza toque de lleno el corazón de la vivienda. Y la luz consiga así el milagro del gris.