Las cortinas de lino tamizan la luz cruda, a la hora en que parte de la familia se sienta a la mesa del comedor, y en la pérgola, la techumbre de madera robusta y tejido ligero dibuja sombras listadas sobre los hombros de unos jóvenes que prefieren seguir al aire libre, al borde del Egeo, un mar antaño habitado por los dioses. Situada en la isla de Siros (la principal de las Cícladas), esta casa de veraneo alberga a una familia de cuatro personas y a sus invitados, y cada uno se busca su propia vida, al sol o a la sombra, en el frescor interior o en los espectaculares e intensos exteriores.
Así está definido por el proyecto del estudio Block722, que reelabora el peculiar patrimonio edilicio de la zona, donde conviven casas señoriales de influencia veneciana con las de tipología popular, los gruesos muros de piedra con fachadas pintadas en tonos suaves. A la casa llegamos desde las alturas, descendiendo por una gran escalera e hipnotizados por la belleza de este mar mítico. El acceso está rodeado por los volúmenes más altos de las áreas principales de la vivienda, pero el camino descendente continúa hasta las tumbonas y sombrillas de la playa.
Con nitidez formal e intención pragmática, la casa está compuesta por un volumen limpio y cuadrado (cocina y sala de estar) y otro rectangular para los dormitorios. El alojamiento para los huéspedes está en la ladera, definida por un muro de piedra que otorga al conjunto un anclaje formal en el paisaje y en la arquitectura local. ¿Qué partes de esta creación nos serán inolvidables? El patio donde cuajan superficies blancas (textura lisa, arcos) con el muro de piedra, el agua de la piscina y la frescura de las plantas. El dibujo cubista de la cubierta avistada desde las nubes. Y la techumbre de las pérgolas.