La ubicación del apartamento The Duke, obra de Nook Architects, es inmejorable, al reunir las ventajas de vivir en el centro histórico de Barcelona, tener vistas directas al mar y encontrarse en una plaza en proceso de reurbanización. Así, la decisión de proyecto fue clara: abrir esta vivienda de 78 m2 a la calle y concentrar las zonas más funcionales en la parte más sombría. Además de funcionalidad, la nueva distribución aporta una mayor riqueza de materiales y el máximo aprovechamiento de la luz. La exigente intervención estructural incorpora de este modo recursos contemporáneos a una vivienda que conserva su espíritu clásico y elegante.
La posición de la cocina fue clave para la interacción del resto de los espacios, ocupando el área del corredor y liberando los espacios más interesantes para la sala y los dormitorios. Su diseño, lejos de ser clásico en su composición, realza su función decorativa en un área clave del apartamento. Como resultado, el baño se adapta al espacio circundante para crear una pasarela lisa, al mismo tiempo que aumenta el tamaño del espacio de trabajo. El dormitorio principal tiene una ubicación privilegiada y se le da prioridad con vistas directas hacia afuera a través de la sala de estar.
Se propuso una combinación de materiales para ajustarse al espíritu original de la casa, recuperando el suelo de baldosas en la sala de estar, que había estado enterrado durante años bajo un suelo de gres de baja calidad. Utilizando sombras más oscuras que las habituales para pisos de este tipo, el perímetro del área recuperada se complementa con mosaicos granate, en línea con los viejos colores, mientras que en el baño se optó por colores más vivos. En el resto de la casa se eligió un parquet de madera natural para no competir con los llamativos colores de los azulejos. En cuanto a los revestimientos de paredes, elegimos los materiales finos en la cocina y los azulejos de pequeño formato en el baño, de acuerdo con el esquema de color del piso.
Teniendo en cuenta la mezcla de materiales, se buscó un denominador común que recorra las distintas partes del apartamento, y fue el acero por su versatilidad, durabilidad y apariencia contemporánea. Con este material se diseñaron estantes y muebles multimedia en la sala de estar y, en un estilo similar, quedó definido un conjunto de puertas correderas que incorporan diferentes opciones de movimiento y transparencia. El mismo sistema de puerta corredera se usa en el baño y el segundo dormitorio, así como en el cubículo de la ducha. Los diferentes acabados y grados de transparencia del vidrio permitieron una mayor versatilidad respecto a la privacidad de los espacios.
Aprovechamos la altura existente de las habitaciones creando un espacio de almacenamiento entrepiso con una estructura de acero y barandas. Los diferentes elementos de acero forman parte de un hilo común que corre a través de la propiedad. Definen los límites entre zonas, acentúan la altura del edificio y marcan el contraste entre las características originales y las introducidas por la renovación.