Texturas cálidas, colores intensos y mucha luz; así es esta reforma en Barcelona
La iluminación y el trabajo con los acabados para conseguir una sensación táctil y sofisticada protagonizan el proyecto del estudio LUV.
El cuadro colorista que reina en el salón de este piso es la recreación de una de esas obras que el artista parisino Seth (alias de Julien Mallaind) ha pintado en algún muro de alguna gran ciudad. Muchas de sus pinturas representan variantes de una misma situación: un niño mira qué ocurre al otro lado de una pared, de una cortina o de una grieta que se abre hacia otro mundo. Pero, adónde mira el niño del cuadro, solo él lo sabe.
Para nosotros, que visitamos el apartamento, es el símbolo de mirar más allá y los colores del arco iris en espiral lo que nos fascina, por el modo vivaz en que comparten la estética renovada de este piso (dos suites, una cocina-comedor abierta al salón) situado en el Paseo de Gracia de Barcelona.
Nada quedaba –ni baldosas, ni cornisas– del piso modernista original, borrado por sucesivas reformas. Ante esa situación –cuenta Christian Sintes, del estudio LUV Architecture and Design–, los autores del proyecto han buscado un hilo conductor específico para la organización y el interiorismo de un apartamento nuevo en una zona de famosa calidad arquitectónica.
A la abundancia de luz proveniente de los grandes ventanales que dan al Paseo de Gracia, el proyecto ha añadido iluminación en las habitaciones a través de superficies que imitan la penetración cenital de luz solar. Además, los espejos colocados delante de esa especie de lucernarios amplifican el espacio: ilusiones (luz natural, tamaño de los dormitorios) que crean seguridad en el diseño conceptual del piso.
Al tratamiento de los materiales se le dedica la mayor sutileza. El roble de los suelos ha sido raspado a mano y lavado hasta lograr una tonalidad limpia y clara y una textura cálida que refleja la luz natural y la iluminación indirecta. El acabado en Marmorino de las paredes añade interés y una cierta profundidad a los espacios.
Detalle soberbio: el falso techo del salón es una interpretación del clásico artesano que, seguramente, le gustaría al niño del cuadro. Pero ahora no lo ve, porque tiene la cara metida en el núcleo del arco iris.