Las paredes de cristal de esta casa tienen la mejor vista de la playa
Reforma de vivienda frente al mar en la Costa Brava (Girona), del estudio Mano Arquitectura
Según cuentan en la memoria del proyecto, los arquitectos Sebastián Machado y Victoria Esborraz, del estudio Mano Arquitectura, sintieron cierta decepción cuando sus clientes les contaron que habían adquirido una casa de nueva construcción en lugar de la parcela limpia –lista para un diseño propio– a orillas del mar, en la Costa Brava. Los propietarios argumentaron que era la única parcela plana que habían encontrado, con unas vistas tan prodigiosasque no querían perder. Pero desde el interior de la casa recién comprada no se podía disfrutar del centelleante paisaje exterior. “Además –comentaron a los arquitectos– queremos que los espacios sean más grandes. No necesitamos tantas habitaciones”.
A partir de esa demanda, el proyecto de reforma se convirtió en una gran intervención en la casa original, que constaba de planta baja y planta subterránea y una fachada formada por un muro perimetral con ventanas poco generosas y una distribución en exceso fragmentada. Como la forma de la planta estaba ya definida y la edificabilidad se había llevado al máximo, los arquitectos decidieron respetar el perímetro aprovechando la estructura original: “Decidimos dejar solamente los usos públicos y la habitación principal en la planta baja, y el resto de los dormitorios se ubicarían en la planta subterránea. Nos encontramos con el problema de la iluminación y la calidad espacial del subsuelo. Para solucionar eficazmente este aspecto proyectamos dos patios por delante y por detrás de la casa que nos permitieron abrir grandes ventanas y construir tres habitaciones”.
Resuelto el problema de distribución y acondicionamiento de las zonas nocturnas, quedaba la cuestión fundamental de la apertura al paisaje. La intención era convertir la planta baja en un único gran espacio (solo un portón corredero aísla la habitación principal durante la noche). El dilema residía en que el perímetro de la fachada se recortaba, en todo su frente, e impedía abrir grandes huecos. Se consideró entonces, por así decir, cortar por lo sano: “Decidimos reemplazar el muro de obra por uno de cristal, colocando una única piel que recorría todo el frente de la casa. De esta manera, conseguimos una visión panorámica desde cualquier punto de visión”. Capturada y difundida a través de infinitos y cambiantes reflejos en los cristales, la imagen exterior es percibida de manera distinta desde diferentes ángulos en toda la extensión de la planta.
Para proteger los interiores de la incidencia directa de la luz solar, se ha proyectado una gran pérgola de hormigón de más de treinta metros de largo, sin ningún apoyo intermedio. Este recurso sirve, además, para crear espacios exteriores de transición protegidos, ideales para habilitar periódicamente improvisadas salas de estar y un comedor al aire libre en los días –y en especial las noches– de verano. Noche y día: vea el lector cómo la luz (natural o eléctrica) teatraliza escenas interiores nocturnas y azules infinitos, detrás de los cristales, de día.