El proyecto sorprendente que transformó esta casa perdida en el campo de China en un refugio moderno
El arquitecto Christian Taeubert reforma una casa abandonada por el éxodo, los mismos materiales sencillos de los que estaba creada originalmente y añadiendo una decoración contemporánea
Aleks Gallardo
Periodista especializado en interiorismo y diseño / Coordinador web de Arquitectura y Diseño
Tan abrumadora es la migración china al exterior como dentro de sus fronteras, produciéndose un éxodo rural hacia las grandes ciudades de la costa que ha dejado el campo muy desatendido, en particular por la falta de jóvenes, que son quienes huyen a centros urbanos. Y como ocurre en Occidente, en paralelo se está produciendo una nostalgia de los orígenes y de un mundo que en ocasiones nunca existió.
Este sí y es tangible. Se trata de una casa construida en un época de grandes penurias en China, la década de los 70, razón por la que se emplearon los materiales más humildes. Sus dueños la acabaron por abandonar persiguiendo el sueño de una vida mejor en la ciudad y así siguió hasta que la rescató del olvido Christian Taeubert, arquitecto con base en Pekín, y la diseñadora de moda Sun Min.
Su idea fue mantener la identidad rústica de la casa pero sin desatender el confort de la misma y añadiendo elementos contemporáneos que la liguen también al espíritu de nuestros días en un esfuerzo por revivir y redescubrir el pasado. Christian trabajó en estrecha colaboración con el agricultor que construyó entonces la casa y que se mostró muy contento de que esta tuviera una nueva vida.
Utilizando materiales de nuevo locales, el amplio patio se ha restaurado con áreas para jugar y descansar al sol. En el interior, la casa se distribuye en un plano abierto, con grandes puertas corredizas de vidrio y ventanas que permiten la entrada del saludable aire del campo. En un extremo se encuentran el dormitorio principal y el baño, mientras que la cocina, de estilo industrial y el área de comedor se extienden por el medio. Un segundo espacio para dormir más pequeño ocupa la esquina opuesta. Equipada con lo imprescindible para disfrutar de una vida desconectada del bullicio contemporáneo.