Las claves que hacen tan acogedor este apartamento urbano

El arquitecto valenciano Gabriel Fabra diseña este proyecto personal que toma como punto de partida e inspiración el trabajo de Francisco Javier Goerlich.

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Salón con grandes ventanales, chimenea y sofás en color grisáceo

Inspirada en la arquitectura residencial que Francisco Javier Goerlich proyectó en su Valencia natal, el arquitecto Gabriel Fabra ha diseñado esta vivienda como un proyecto personal que toma como punto de partida un entorno real, edificaciones ya existentes en la capital valenciana. 

Salón con sofás y mesa central circular con chimenea al fondo

La estructura del apartamento y la tipología de los huecos de fachada son la base sobre la que Gabriel Fabra se expresa como si el espacio se convirtiera en gran lienzo en blanco. Como material base se ha elegido el hormigón para el suelo y detalles de la chimenea, y el color blanco para las paredes y el techos. 

 

Chimenea con sobre de hormigón, sofá gris

La chimenea, situada junto a la zona del salón, establece un juego de texturas que combinan las superfícies lisas de paredes y pavimentos frente a la rugosidad que presenta la viga de hormigón de la estructura. 

Mesa de centro de salón con jarrón y flores secas

Dentro del proyecto, el salón y el comedor se convierten en dos islas de carácter acogedor, que descansan sobre el suelo de hormigón, de manera que todo aquel que las ocupa se sienta invitado a quedarte y permanecer en ellas.

Butacas en crudo con armario de madera con luminaria de sobremesa, grandes aperturas curvas

El uso de cortinas ayuda a tamizar la luz y proyectar una iluminación más tenue en el interior. De este modo se reduce el contraste entre luces y sombras y se aporta un toque de teatralidad al ambiente. 

 

 

Salón hacia cocina con butaca en crudo, sofá en gris

Si bien para el autor del proyecto "la vivienda es un refugio del estrés y ruido de la ciudad", la paleta cromática que se emplea para vestir a este apartamento es a base de colores neutros, a base de colores beige y marrón.

Cocina con isla central, taburetes de madera y luminarias suspendidas

En la cocina, por su carácter más de lugar de trabajo y no de espacio supeditado al confort y el descanso, se ha apostado por una mayor presencia del hormigón como elemento organizador del espacio. La distribución en isla, con zona de office incluida, se compone a partir de piezas de volúmenes y carácter monolítico.

Tetera con taza, velas y un libro sobre la mesa

La encimera de hormigón de la isla de trabajo se acompaña de taburetes de madera en una contrastada mezcla de materiales que dotan al conjunto de carácter y fuerza.

Mesa comedor con taburetes de madera y banco corrido

La zona de comedor cuenta con una mesa de gran capacidad que se acompaña de taburetes de madera y de una bancada rinconera con cómodos cojines que resulta tan acogedora como funcional.

Mesa comedor con taburetes de madera, velas encendidas y banco de obra con cojines

Junto a la iluminación natural que incide a través de las ventanas, el uso de luz artificial es puntual y tenue, con el uso de velas que permiten crear un ambiente íntimo y acogedor.

La voluntad por plasmar con imágenes su personal concepción arquitectónica, ha llevado al arquitecto valenciano Gabriel Fabra a desarrollar visualizaciones de gran realismo que invitan a soñar en hogares cautivadores. Un buen ejemplo es esta vivienda, un proyecto personal de Fabra, que se inspirada en el trabajo del gran arquitecto Francisco Javier Goerlich en la ciudad de Valencia.

Licenciado por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), el arquitecto Gabriel Fabra compagina su labor como arquitecto con la creación de sus visualizaciones arquitectónicas, cargadas de gran realismo, y con sus trabajos como ayudante de fotografía. La combinación de los diferentes campos ha permitido al joven arquitecto desarrollar una técnica que, si bien partió del autoaprendizaje, ha colmado de gran realismo. “La elección por el realismo no sabría cómo justificarla, siempre me he sentido atraído de manera natural, incluso dibujando. Imagino que es porque tiendo a ser muy cuadriculado y me es más fácil representar algo cuando tengo el mundo real como base”, comenta Fabra. El resultado son proyectos ficticios cargados de verdad como este apartamento de espacios refinados y ambiente sereno, donde se imponen las formas rectas en un atractivo juego de texturas y colores neutros. La fuerte presencia del hormigón se equilibra con la suavidad y calidez de la madera. Y todo ello bajo un singular marco escénico a base de luces y sombras.

Fabra reconoce que uno de los factores claves a la hora de llevar a cabo esta trabajo es la motivación. “Estos son proyectos que hago en mi tiempo libre, que se suelen alargar durante largos periodos de tiempo y cuyo único objetivo es mi desarrollo personal. Así que necesitas tener ganas para hacerlos”. A partir de ahí, plantea cada proyecto pensando en espacios con valor añadido. En el caso particular de este apartamento está el legado de Goerlich, presente en la estructura del apartamento y la tipología de los huecos de fachada, además de como referente.

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