Lo más espectacular de este piso es su ubicación: La Pagoda de Valencia

El estudio Balzar Arquitectos toma esta singular vivienda, situada en un emblemático edificio de Valencia, y lo transforma en un espacio diáfano, vestido de austeridad, rebosante la luz natural y plasticidad abstracta

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Salón con sofá gris, suelo de madera, silla-escultura modernista, techos ondiulados. El proyecto de reforma realizado por el estudio valenciano Balzar Arquitectos contempla la renovación completa de una vivienda cuya planta presentaba distintos paramentos que originariamente no eran perpendiculares entre sí.

El proyecto de reforma realizado por el estudio valenciano Balzar Arquitectos contempla la renovación completa de una vivienda cuya planta presentaba distintos paramentos que originariamente no eran perpendiculares entre sí.

Salón junto a cocina, ambiente diáfano, sofá y cuadro de tonos tierra, techos ondulantes. La curva del techo del salón se crea para separar la zona de cocina y comedor de la de salón, y a su vez para reforzar la idea de diseño integrado, en la que se aunan distintos ambientes en una misma planta diáfana.

La curva del techo del salón se crea para separar la zona de cocina y comedor de la de salón, y a su vez para reforzar la idea de diseño integrado, en la que se aunan distintos ambientes en una misma planta diáfana.

Salón, lámpara de pie junto a sofá gris, suelo de madera. La austera decoración, a base de piezas de líneas muy puras y tonos neutros, realza aún más la percepción del apartamento como una continua forma escultórica.

La austera decoración, a base de piezas de líneas muy puras y tonos neutros, realza aún más la percepción del apartamento como una continua forma escultórica.

Zona de entrada, suelo de madera, mesitas auxiliares apilables formas orgánicas, cuadro apoyado en suelo, armarios lacados en blanco. La despejada entrada a la vivienda permite aprovechar todos los metros cuadrados de superficie disponible especialmente en la zona de día, donde se prescinde de divisiones espaciales y se cubre todo de una suave y cálida tarima de madera.

La despejada entrada a la vivienda permite aprovechar todos los metros cuadrados de superficie disponible especialmente en la zona de día, donde se prescinde de divisiones espaciales y se cubre todo de una suave y cálida tarima de madera.

Zona de trabajo tras estructura de madera lacada en blanco, puerta corredera hacia dormitorios. Un tabique translúcido delimita el antiguo balcón, ahora convertido en zona de trabajo. Está integrado en una estructura que soporta tanto el escritorio como esconde dos columnas de acero.

Un tabique translúcido delimita el antiguo balcón, ahora convertido en zona de trabajo. Está integrado en una estructura que soporta tanto el escritorio como esconde dos columnas de acero.

Zona cocina abierta al comedor, línea de armarios divisorios, techos ondulantes. La distribución dibuja un espacio continuo en el acceso, con la cocina abierta al comedor y al salón. Ahora bien, su configuración la sitúa en una zona reservada de la planta, ajena a miradas indiscretas mientras se está cocinando.

La distribución dibuja un espacio continuo en el acceso, con la cocina abierta al comedor y al salón. Ahora bien, su configuración la sitúa en una zona reservada de la planta, ajena a miradas indiscretas mientras se está cocinando.

Zona de paso con armarios para el almacenaje en ambos lados. Tras una puerta corredera se accede a un pasillo a través del cual se llega a los dormitorios y baños. A ambos lados se han dispuesto armarios de suelo a techo que brindan una gran superficie de almacenaje sin apenas influir en la estética purista que presenta el proyecto.

Tras una puerta corredera se accede a un pasillo a través del cual se llega a los dormitorios y baños. A ambos lados se han dispuesto armarios de suelo a techo que brindan una gran superficie de almacenaje sin apenas influir en la estética purista que presenta el proyecto.

Dormitorio con mesita de noche, libro encima, cabecero con detalle de luz. Dominada por una estética minimalista, el dormitorio principal apuesta por una decoración austera a la vez que efectista y establece un sugerente juego de luces partiendo desde el propio cabecero.

Dominada por una estética minimalista, el dormitorio principal apuesta por una decoración austera a la vez que efectista y establece un sugerente juego de luces partiendo desde el propio cabecero.

Baranda madera, estructura de acero, escaleras de mármol. Detalle de la barandilla de la escalera de la Torre de Ripalda, una emblemática construcción proyectada por el arquitecto español Antonio Escario. Dentro de ella se sitúa la vivienda reformada por el estudio Balzar Arquitectos.

Detalle de la barandilla de la escalera de la Torre de Ripalda, una emblemática construcción proyectada por el arquitecto español Antonio Escario. Dentro de ella se sitúa la vivienda reformada por el estudio Balzar Arquitectos.

La ciudad de Valencia y más concretamente la emblemática Torre de Ripalda (conocida popularmente como “La Pagoda”), construida a principios de los años 70 por el arquitecto Antonio Escario, es el lugar donde se emplaza esta vivienda. La configuración escalonada del edificio, su forma hexagonal y sus esquinas prominentes le otorgan gran personalidad al conjunto, a la vez que han supuesto un gran reto a la hora de reconfigurar la distribución interior de este apartamento de tres habitaciones. El estudio valenciano Balzar Arquitectos ha sido el encargado de llevar a cabo la reforma, en una apuesta por el minimalismo y la austeridad formal.

Frente a muros diagonales, ángulos obtusos y numerosas columnas estructurales, los arquitectos han apostado por un diseño único que fusiona escultóricamente diferentes elementos estructurales y los incorpora en una secuencia cohesiva de espacios. Este es el caso del diseño de la planta abierta situada junto a la entrada de la vivienda, que incorpora la sala de estar, el comedor, la cocina y el estudio. Todas estas áreas quedan unificadas por una paleta de colores predominantemente blancos en paredes y techo, y la suntuosa textura de las tarimas de madera que se extienden por todas partes. Pero a su vez, quedan también discretamente delineadas por una serie de intervenciones escultóricas de propósito práctico. En este sentido, el salón y el comedor están separados perceptiblemente por un volumen de techo curvilíneo que también oculta una viga estructural. La cocina, por su parte, está delimitada por un práctico mostrador empotrado que se extiende hacia la sala. De este modo mantiene su naturaleza abierta pero más resguardada. Asimismo, un tabique translúcido delimita el antiguo balcón, ahora convertido en zona de trabajo. Está integrado en una estructura que soporta tanto el escritorio como esconde dos columnas de acero.

Junta al espacio diáfano y continuo de la zona de día, la distribución de la vivienda de 130 m2 cuenta también con una zona más privada donde se ubican el resto de dormitorios y baños. A ella se accede a través de una puerta corredera que da acceso a un pasillo recubierto de armarios de suelo a techo que proporciona una gran superficie de almacenaje sin apenas influir en la estética depurada dominante del proyecto. La austera decoración que viste los diferentes espacios realza la forma escultórica de la vivienda, cuyo minimalismo abstracto se hace aún más evidente por la abundante entrada de la luz natural que incide a través de la fachada facetada del edificio que la envuelve.

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