¿El color da la felicidad? La diseñadora Matali Crasset lo demuestra en su propia casa
La diseñadora parisina ha llenado de color, luz y versatilidad este apartamento de 80 m2 a partir de una disposición abierta que favorece la comunicación y la fluidez de ideas.
En pleno corazón de París, entre dos iconos de la ciudad como la Torre Eiffel y la Torre Montparnasse, se encuentra este apartamento de 80 m2 reacondicionado por la diseñadora local Matalí Crasset. El proyecto ha buscado dar respuesta a la necesidades de la propietaria Michèle Monory, que vive a camino entre la ciudad y el campo. En esta ocasión, la buena sintonía entre Crasset y Monory, fundadora de la firma de joyería de autor Le Boisson para la que Crasset ha colaborado, ha dado como resultado un espacio totalmente diáfano que rompe con el patrón convencional de entrada, dos dormitorios, salón y cocina.
Comedor, cocina y salón se aúnan en un extremo de la vivienda para favorecer el carácter social que quiere darse al lugar, puesto que el apartamento también se utiliza como sala de exposición para presentar colecciones de joyas. Es aquí, y concretamente en la zona de estar donde se encuentra uno de los elementos característicos del proyecto de Crasset: una chaise-longue naranja flanqueada por una estructura curva con listones del color del arco iris. A la vista o semioculta, la tumbona cuádruple queda suspendida en medio de un tabique perforado que favorece el díalogo directo con el resto de la sala.
La disposición de muebles bajos, sin cargas visuales en la parte superior, da una mayor sensación de amplitud del espacio. Un pavimento continuo armoniza el conjunto de la vivienda. La misma tipología se teje desde la cocina hasta la terraza donde un mobiliario en un vivo color verde que hace alusión a una bosque que se separa y permite ver a lejos.