Tras vivir en ciudades como Los Ángeles y Nueva York, los propietarios de esta vivienda, Shannon y Greg, han querido proyectar el ritmo pausado de una ciudad como Austin (Texas, EE UU) a su hogar. Una paz y una serenidad que se acompañan de medidas de ahorro energético para hacer de la vivienda un hogar sostenible. Greg es diseñador y autor de libros infantiles, así como fundador de publicaciones y plataformas que fomentan la creatividad. Shannon, que anteriormente era analista de tendencias, es fundadora de Esker, una gama de productos para el cuidado del cuerpo elaborados con ingredientes naturales, sin parabenos y sin sulfato. Para la pareja de propietarios, vivir de una forma más ecológica era fundamental, por lo que ha promovido pequeños gestos que contribuyen a ello, como es el caso de un depósito de unos 2000 litros en el patio trasero que almacena el agua de la lluvia para luego emplearla para regar el jardín y lavar el coche, la instalación de un porche cubierto en el piso superior para enfriar la casa cuando sopla viento, sin peligro de insectos, así como la instalación de placas solares con las que abastecen todo el consumo del hogar.
Toda la vivienda respira un carácter muy personal y razón no le falta. El padre de Greg, Douglas Foley, fue el encargado de construir la casa, partiendo del empleo de materiales de inspiración industrial, como una escalera de madera recuperada y suelos de hormigón. Todo ello bajo los parámetros ideados por el arquitecto mexicano Mariesther Arteaga, socio del padre de Greg.
Con una superficie de 165 m2, la vivienda se organiza en dos niveles. El inferior, junto a la puerta de acceso, está destinado a zona de día y presidido por una amplia zona diáfana en la que se encuentran salón, comedor y cocina. Tras la cocina está el estudio desde el que trabajan a diario los propietarios. El trabajar en casa ha motivado a que esta se proyectara “abierta, espaciosa y multifuncional”, tal y como ellos mismos reconocen. “Queríamos que nuestro hogar se sintiera atemporal, tranquilo y como un lugar inspirador para vivir y trabajar”. El nivel superior, al que se accede a través de un gran tramo de escalera curva, se destina a zona de noche, con dormitorios y baños donde el blanco ejerce como color dominante y una equipación sencilla y funcional.
Un jardín situado en la parte trasera de la casa se convierte en el verdadero templo de paz para Shannon, su propietaria. “Mi afición favorita es escuchar podcasts y trabajar en la tierra; es mi escape cuando me siento estresada”, comenta. En él puede encontrarse, además de una zona de pícnic y relax, una selección de hierbas aromáticas y medicinales, así como plantas favorables a los polinizadores, con el objetivo de atraer abejas y mariposas.