Una joya vintage del barroco después de la caída del muro de Berlín

El ojo entrenado del interiorista Gisbert Pöppler le permitió ver en este apartamento deteriorado un mundo de posibilidades. Después de la rehabilitación, la casa es historia viva de Berlín, gracias a una selección de muebles recuperados.

Cristina Ros
Cristina Ros

Redactora de Arquitectura y Diseño

La vivienda se encuentra en el corazón de la zona este de Berlín. Parcialmente abandonado, el edificio, de la década de 1890, estaba destinado a ser demolido. Situado en la segunda planta, pertenece al diseñador de interiores alemán Gisbert Pöppler, quien, aun viendo que la casa estaba muy deteriorada, intuyó que tenía muchas posibilidades. Y así es, vista la reforma. 

Durante muchos años, la tendencia era pintar las paredes blancas y dejar que el parqué y el techo actuaran como únicos elementos decorativos. "Hasta los sofás se consideraban demasiado burgueses", relata Pöppler. Entrar en el apartamento es ahora una experiencia totalmente diferente.

 

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Cocina con encimera de color verde marmol

En la cocina el diseñador ha sacado partido de la pátina del tiempo, conservando ciertos elementos originales y añadiendo nuevos objetos siempre en clave vintage. El resultado es una cocina con encanto.  

Cocina con muebles de color verde alacena de color blanco

En un lugar destacado de la cocina se encuentra uno de los muebles favoritos de Pöppler, una vitrina con varios estantes que ha estado en todas sus casas y que encontró en un anticuario cuando tenía 18 años. 

Comedor silla de cuero rojo

En el apartamento de Pöppler, las antiguas telarañas han sido reemplazadas por divertidas ideas de diseño, con un aire barroco. En primer plano, una silla vintage y, en la pared, diferentes obras que el interiorista ha ido coleccionando. 

Cocina con muebles con frontales de color verde y barra de color dorado

Criado en una casa unifamiliar en tonos beige y negro, Pöppler ha hecho del color una de sus señas de identidad. Aún así, siempre que se lo preguntan insiste en que no hay una teoría subyacente detrás de sus elecciones, sino puro instinto. 

Salon con mesa redonda y sofá de color gris

En el lugar más luminoso de la calle, frente a la ventana que da a la calle, el lugar de honor lo ocupa una elegante chaise longue con pies de acero rizado. Junto a él, se ha situado un estilizado armario de porcelana blanca.  

Dormitorio cortinas largas de un piso con paredes de color azul

En el dormitorio se ha ubicado un elegante escritorio formado por una mesa y una butaca, ambas de madera, que dialogan con la piel del vestidor. Bajo una pared iluminada por diferentes obras de arte, descansa una cama baja de suave cabecero. 

Salon comedor con paredes de color azul claro

En la sala de estar hay una explosión de color procedente de una alfombra china de 1920 y una colección de pinturas de Hans Brosch, un pintor de la Alemania Oriental que utilizó un viaje de estudios al Musée d'Orsay de París para dejar Alemania en 1979. 

Pasillo con un mueble alto de color rojo

Las paredes del vestíbulo te bañan en un cálido y atmosférico color azul y dialogan con el techo, en delicado tono crema. Una mesa rosa polvorienta que Pöppler recogió del taller de un sastre ubicado en la zona occidental de la ciudad, saluda al visitante con coquetería.  

Salon dormitorio de un piso con paredes de color azul

Las historias del pasado de Berlín se revelan a lo largo y ancho de toda la casa. En la terraza hay una mesa que Pöppler encontró en la calle Prenzlauer Berg y que estaba deformada por el clima y llena de agujeros. O la lámpara de techo encontrada en el vestíbulo de un pabellón de deportes de Berlín oriental. 

Salon con alfombra de color rojo

En el dormitorio adyacente, la lámpara central se ha sustituido por cuatro lámparas coloreadas que han sido situadas en las cuatro esquinas del techo, proporcionando una atmósfera acogedora. La figura de un pájaro asoma por encima de la puerta. 

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