En el paseo Picasso de Barcelona, en pleno barrio del Born, el estudio de diseño Nada ha proyectado la reforma de este apartamento de 70 m2. Inmerso en un bloque de pisos de los años 70 y con vistas a uno de los corazones verdes de la ciudad condal, como es la Ciutadella, el interior de la vivienda se ha redistribuido para dotarla de mayor luz y espacios diáfanos. El ajustado presupuesto con el que se contaba para la reforma, ha llevado a Borja Hernández y Arcadi Martín, alma mater del estudio Nada, a apostar por soluciones simples y muy efectivas que han dado forma a una cocina, un comedor y una sala de estar conectados y abiertos, un dormitorio principal precedido de un vestidor, y una segunda habitación conectada al salón. El resultado es un apartamento cuyos diferentes ambientes están planteados de forma coherente, logrando una cohesión entre ellos y permitiendo que los diferentes elementos interactúen perfectamente entre sí.
Las particiones originales se han reformulado para dar respuesta a las necesidades de la joven pareja de propietarios y en su lugar se ha distribuido el espacio alrededor de un cubo central donde se emplaza, por un lado, el vestidor, por otro, el dormitorio secundario, además de dar cabida a un espacio de almacenamiento, por la zona del dormitorio principal, y una hornacina, por el lado del salón. Y todo ello con apenas divisiones a excepción de las puertas correderas translúcidas que salen del interior del cubo blanco central y actúan como una linterna, creando sugerentes sombras, como si de una versión revisada de los shojis japoneses se trataran.
La dominante cromática en blanco del conjunto encuentra su el resultado es un espacio que se dirige hacia los ventanales, eliminando cualquier obstáculo que obstruya tanto el flujo de luz como las vistas. para ello, las antiguas divisiones del espacio no se han eliminado por nada, excepto por el gran muro de carga que se ha utilizado para ocultar los servicios necesarios
El suelo continuo de color verde invade todos los espacios y se convierte en un denominador común que contrasta con la dominante blanca del mobiliario. Si bien muchas de las piezas se han diseñado a medida para optimizar el espacio disponible, también se ha jugado con un exclusiva selección de piezas icónicas de los años 50 y 70 de referentes del diseño como Eero Saarinen, George Nelson y Achille Castiglioni para darle mayor carácter al espacio. El resultado es un espacio que se dirige hacia los ventanales, eliminando cualquier obstáculo que obstruya tanto el flujo de luz como las vistas hacia el parque, en pleno centro urbano de Barcelona.