Un piso en Barcelona con 70 metros muy bien aprovechados

En pleno centro de Barcelona, el estudio de arquitectura y diseño interior Nada, reformula esta vivienda con una distrubución contemporánea que se viste de muebles a medida y piezas de los años 50 y 70.

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Comedor-diáfano-con-salón-y-balcón-con-vegetación-exterior

El estudio de diseño Nada, formado por Borja Hernández y Arcadi Martín, es el artífice de este proyecto de reforma situado en un edificio de los años 70, en el barrio del Born de Barcelona.

Mesa redonda con sobre de mármol, sillas blancas con asiendo en beige, sofá blanco y butaca roja

El mobiliario se ha integrado en la medida de lo posible en el proyecto para evitar piezas auxiliares que comprometan la amplitud. El comedor está equipado con una mesa Tulip de mármol blanco con sillas a juego, diseño de Eero Saarinen en los años 50, y coronadas por la simpliciad de la luminarioa HeadHat Bowl de Santa & Cole.

Sofá blanca en centro de estancia con cocina abierta al fondo

La superficie de 70 m2 se ha redistribuido dejando una diáfana zona de día totalmente abierta y sin particiones, en la que impera una paleta de colores en tonos blancos que contrasta con el verde del suelo continuo

Cocina abierta con mobiliario en blanco junto a comedor

La cocina, totalmente abierta, cuenta con una distribución lineal a base de un frente de armarios en blanco que destaca sobre un salpicadero y una encimera revestidos de baldosas color tierra.  

Zona de salón, comedro y cocina, todo en blanco con suelo en verde

La vivienda cuenta con vistas al parque de la Ciutadella, la mayor zona verde del centro de la ciudad, y se ha reacondicionado, afín a su joven pareja de propietarios, para favorecer la concepción de un hogar contemporáneo y lleno de luz. 

Mesa de comedor, vajilla y platos amarillo, luminaria de suspensión blanca

Partiendo de un ajustado presupuesto, el estudio de diseño responsable de la reforma ha proyectado la planta del apartamento en torno a un cubo blanco alrededor del cual irradian las diferentes funciones de la vivienda. 

Dormitorio con suelo continuo verde, puerta corredera en cristal traslúcido

Una habitación, casi oculta, conecta con la sala de estar y proporciona un espacio para una variedad de usos.

Puerta corredera de dormitorio infantil que se abre actuando como cerramiento de librería en pared

El nuevo diseño se centra en la entrada de luz natural al interior y en el diálogo entre el entorno interior y exterior. Por ello, en algunos cerramientos se ha empleado cristal translúcido que si bien divide visualmente las estancias, preserva la entrada de luz procedente del espacio contiguo. 

Dormitorio infantil con cama de madera, silla en blanco y madera y suelo en verde

El color verde del suelo debiene como un recordatorio de las ramas de los árboles detrás de las delicadas cortinas que difunden la luz exterior.

Zona de paso con puertas correderas, sofá blanco hacia hornacina

La estructura del cubo blanco contiene un nicho en el lado de la sala de estar, el vestidor, así como estanterías y espacio de almacenamiento. El reloj con forma de ojo de los años 50, de George Nelson, supervisa la escena que ocurre en la sala de estar.

Dormitorio principal con armario de obra en blanco y cristal traslúcido, suelo en verde y pasillo hacia salón

Se ha facilitado el flujo, y para ello se ha evitado el uso de puertas tradicionales a la vez que se ha aportado privacidad al dormitorio principal al que se accede a través del vestidor.

Dormitorio con lencería de hogar en blanco, suelo verde y murete revestido de baldosas en color crudo

La cerámica de tono arenoso, presente tanto en la cocina como en el baño y el dormitorio principal, emerge como un tema común en el apartamento, aludiendo al carácter mediterráneo de la ciudad donde se ubica este apartamento.

En el paseo Picasso de Barcelona, en pleno barrio del Born, el estudio de diseño Nada ha proyectado la reforma de este apartamento de 70 m2. Inmerso en un bloque de pisos de los años 70 y con vistas a uno de los corazones verdes de la ciudad condal, como es la Ciutadella, el interior de la vivienda se ha redistribuido para dotarla de mayor luz y espacios diáfanos. El ajustado presupuesto con el que se contaba para la reforma, ha llevado a Borja Hernández y Arcadi Martín, alma mater del estudio Nada, a apostar por soluciones simples y muy efectivas que han dado forma a una cocina, un comedor y una sala de estar conectados y abiertos, un dormitorio principal precedido de un vestidor, y una segunda habitación conectada al salón. El resultado es un apartamento cuyos diferentes ambientes están planteados de forma coherente, logrando una cohesión entre ellos y permitiendo que los diferentes elementos interactúen perfectamente entre sí.

Las particiones originales se han reformulado para dar respuesta a las necesidades de la joven pareja de propietarios y en su lugar se ha distribuido el espacio alrededor de un cubo central donde se emplaza, por un lado, el vestidor, por otro, el dormitorio secundario, además de dar cabida a un espacio de almacenamiento, por la zona del dormitorio principal, y una hornacina, por el lado del salón. Y todo ello con apenas divisiones a excepción de las puertas correderas translúcidas que salen del interior del cubo blanco central y actúan como una linterna, creando sugerentes sombras, como si de una versión revisada de los shojis japoneses se trataran.

La dominante cromática en blanco del conjunto encuentra su el resultado es un espacio que se dirige hacia los ventanales, eliminando cualquier obstáculo que obstruya tanto el flujo de luz como las vistas. para ello, las antiguas divisiones del espacio no se han eliminado por nada, excepto por el gran muro de carga que se ha utilizado para ocultar los servicios necesarios

El suelo continuo de color verde invade todos los espacios y se convierte en un denominador común que contrasta con la dominante blanca del mobiliario. Si bien muchas de las piezas se han diseñado a medida para optimizar el espacio disponible, también se ha jugado con un exclusiva selección de piezas icónicas de los años 50 y 70 de referentes del diseño como Eero Saarinen, George Nelson y Achille Castiglioni para darle mayor carácter al espacio. El resultado es un espacio que se dirige hacia los ventanales, eliminando cualquier obstáculo que obstruya tanto el flujo de luz como las vistas hacia el parque, en pleno centro urbano de Barcelona.

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