Un refugio moderno y discreto en Portugal
Asomada a la costa del Alentejo portugués, la casa de PMC Arquitectos exhibe una modernidad discreta y la madera de pino es el material protagonista
La arquitectura portuguesa nos tiene acostumbrados desde hace tiempo a unos edificios que parecen emanados serenamente de la propia pureza del paisaje: matorrales en la arena blanca y un mar como de hule azul. Aposentada como casualmente en un extremo de la península de Tróia, en la costa del Alentejo, la casa de estas páginas respira paisaje a través de sus grandes aberturas, de sus terrazas, de sus visuales esquinadas, de sus encuadres listados y de los poros de su abundante madera de pino. Los autores del proyecto (PMC Arquitectos) han dejado constancia explícita de su intención: no alterar el entorno sino mínimamente y, por el contrario, estimular el sentimiento de fruición que inspira aquí la Naturaleza, a la vista del Atlántico y su promesa de oceánica infinitud.
Gran belleza, sin duda, pero también el sol y el viento como condicionantes atmosféricos que requieren recursos protectores para la perdurabilidad de la casa y el bienestar de sus habitantes, mediante la solidez de la estructura y especialmente las cubiertas de madera realizadas con oportunas ripias. Los espacios habitacionales se distribuyen en dos plantas, con escalera de acceso al nivel principal, y el garaje y el área técnica en situación semienterrada. En la parte central y más amplia de la primera planta encuentran su lugar el salón y la cocina. En uno de los extremos se ha ubicado el dormitorio principal y, en el punto opuesto, las habitaciones restantes, desniveladas respecto de la sala de estar a fin de proteger la privacidad y, al mismo tiempo, acompañar el perfil natural de la topografía.
Pero el proyecto no se queda aquí en cuanto a la elaboración exquisita de los espacios interiores. Es toda la filosofía del diseño lo que cuenta, en su frescura y coherencia, pero nos tomamos la libertad de señalar (a modo de resumen emblemático del proyecto) uno de los elementos protagonistas del interiorismo. Se trata de la escalera que comunica la planta principal con la semienterrada, y cuya baranda funciona como signo separador entre la cocina y el comedor a un lado y el salón al otro. El efecto que produce esa baranda de tablas de madera, trabajada como si fuera un andamiaje provisorio, es de perfecta y ocurrente contemporaneidad, emparentando el espacio doméstico con la estética de las “instalaciones” artísticas de nuestro tiempo. Innumerables son las correspondencias formales y matéricas entre este elemento con las vigas, las celosías, los cielorrasos, las alfombras con las que Carmo Amaro y Nuno Benito, de la firma Drugstore, enriquecieron la paleta cromática interior, los suelos y las paredes entablilladas… Escenario de hoy desde donde gozar del paisaje eterno de las arenas y el océano.