Note Design da la nota
Brillante recuperación en clave contemporánea de un apartamento del siglo XIX en Estocolmo (Suecia) convertido en oficina en su última etapa
Aleks Gallardo
Periodista especializado en interiorismo Coordinador web de Arquitectura y Diseño
El apartamento, del siglo XIX, carecía de cocina, espacios de almacenamiento y hasta cuartos de baños, pues había servido de sede a una marca de moda en el centro de Estocolmo. Sobre este escenario jugó el estudio Note Design –habitual colaborador de la marca de mobiliario española Sancal– para darle su antiguo uso al piso pero sin por ello viajar del todo al pasado. Aunque lo primero fue recuperar las huellas de su antiguo esplendor, presente en los suelos de parqué con bellos dibujos en diagonal, las barrocas molduras y las paredes de estuco, sobresaliendo entre todos estos elementos los grandes estufas de porcelana, decorados con un intrincado trabajo que más bien parece de marquetería.
A excepción de los suelos, todo ello se había cubierto de pintura blanca cegada con luz de grandes focos para crear el típico ambiente de oficina, eficiente e impersonal. Al decaparlo, de las radiadores surgieron azulejos pintados de verde, rosa y un blanco amarillento. Detrás de una pared derribada para acceder a unas viejas tuberías, surgió una pintura original del siglo XIX en una puerta. "De repente iluminó todo el espacio en blanco con un fuerte tono amarillo mostaza", recuerdan desde el estudio, que añadió otros tonos hasta completar una paleta de ocho colores.
El plan era preservar las características originales del apartamento, de forma que todo lo que se añadió se emplazó en lo que llaman las "lagunas" de la casa, es decir, entre los viejos ornamentos, que se intentan replicar en lo posible. Así, la nueva carpintería sigue los dibujos en diagonal de la antigua y la superficie de los dos muros añadidos también lo hace. Pero también hay expresivos contrapuntos. De donde ya no colgaban las lámparas de araña ahora encienden las estancias luminarias de diseño muy contemporáneo. La barra de granito de la cocina consigue asimismo llevarse el protagonismo y no digamos el columpio tras la mesas de estudio del cuarto de los niños. Seguro que, al menos en materias creativas, les irá bien.