Nos colamos en el interior del estudio de arquitectura de NUA

En unos privilegiados bajos con vistas al mar, el estudio NUA Arquitectures libera de artificios su lugar de trabajo para llenarlo de luz y pureza, haciendo de lo simple algo refinado

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Mesa de madera central estudio, lámparas suspendidas de fibra, ladrillo visto. Un acertado juego de texturas y una buena adaptación al entorno han sido claves en este proyecto NUA Arquitectures basado en un regreso a la esencia de las cosas.

Un acertado juego de texturas y una buena adaptación al entorno han sido claves en este proyecto NUA Arquitectures basado en un regreso a la esencia de las cosas.

Escaleras entrada estudio, paredes blancas, ventana en semicírculo. El local, de 32 metros cuadrados, está situado en los bajos de un edificio al final de la Rambla Nova de la ciudad de Tarragona.

El local, de 32 metros cuadrados, está situado en los bajos de un edificio al final de la Rambla Nova de la ciudad de Tarragona.

Detalle ventana semicírculo, cerramiento acristlado. La zona común de acceso conecta visualmente con el espacio de trabajo y el exterior abriendo una nueva gran ventana con marcos de madera.

La zona común de acceso conecta visualmente con el espacio de trabajo y el exterior abriendo una nueva gran ventana con marcos de madera.

Detalle mobiliario, tirador integrado madera, ladrillo visto. Acorde con la estética austera del proyecto, el mobiliario hecho a medida responde a un diseño de líneas puras y elementos integrados.

Acorde con la estética austera del proyecto, el mobiliario hecho a medida responde a un diseño de líneas puras y elementos integrados.

Zona de paso, lateral, sillas de fibra y estructura tubular, paredes desnudas. El espacio juega con una mezcla de pasado (estructura original) y presente (mobiliario) que dota al conjunto de singularidad y carácter.

El espacio juega con una mezcla de pasado (estructura original) y presente (mobiliario) que dota al conjunto de singularidad y carácter.

Detalle ventana semicírculo, obra vista natural y ladrillo pintado blanco. Algunas partes de los muros y las bóvedas se han pintado en blanco para mejorar las condiciones lumínicas del estudio de NUA Arquitectures.

Algunas partes de los muros y las bóvedas se han pintado en blanco para mejorar las condiciones lumínicas del estudio de NUA Arquitectures.

Detalle mesas acceso cables. Acabados que forman parte del mobiliario hechos a medido en madera de pino por parte de los autores del proyecto.

Acabados que forman parte del mobiliario hechos a medido en madera de pino por parte de los autores del proyecto.

Mesa oficina madera, lámparas de suspensión de fibra, arcos de obra. Para ganar luminosidad y funcionalidad, el estudio NUA Arquitecturas ha eliminado divisiones, ha abierto huecos y ha llenado de luz y blancura el espacio.

Para ganar luminosidad y funcionalidad, el estudio NUA Arquitecturas ha eliminado divisiones, ha abierto huecos y ha llenado de luz y blancura el espacio.

Fachada exterior piedra, ventanas cristal. El estudio está situado en la casa Antoni Rosell Fortuny de 1931, en Tarragona, obra del arquitecto Francesc de Paula Morera Gatell.

El estudio está situado en la casa Antoni Rosell Fortuny de 1931, en Tarragona, obra del arquitecto Francesc de Paula Morera Gatell.

Pocos bajos de una gran ciudad pueden presumir de vistas al Mediterráneo como las que disfruta el equipo de NUA Artuitectures desde su lugar de trabajo, en Tarragona. El motivo es la particular orografía de la ciudad del esplendor romano, situada sobre una colina de unos 80 m sobre el nivel del mar. Partiendo de esa premisa, la voluntad de los arquitectos Arnau Tiñena, Maria Rius y Ferran Tiñena, creadores del proyecto, fue desnudar, abrir y habitar el espacio. Se trataba de recuperar el espíritu original de un local de 32 m2, situado en la casa Antoni Rosell Fortuny, obra del arquitecto Francesc de Paula Morera Gatell en 1931, enfrente del Balcón del Mediterraneo.

Tras una primera actuación realizada por Joan Tous Arquitectes, la reforma del estudio de NUA Arquitectures ha logrado transformar un antiguo almacén en un lugar de trabajo amplio y luminoso. Y para ello se ha buscado potenciar nuevas conexiones tanto visuales como físicas. Con la voluntad de favorecer el contacto con el mar, la relación interior y exterior se ha alterado. Los autores del proyecto han apostado por suprimir las divisiones que tapiaban los arcos transversales y han generado un único espacio diáfano que conecta visualmente el estudio con el espacio común de acceso y con el espacio público exterior abriendo una nueva gran ventana con marcos de madera.

Al natural y sin artificios, el estudio respira autenticidad inmerso en un sistema de arcos y bóvedas que lo estructuran y ordenan. En esta línea, se han repicado ciertas partes de los muros y el forjado para recuperar la materialidad constructiva original del edificio, dejándolos respirar y evitando su posible deterioro a causa de la humedad. Para acrecentar la luminosidad del espacio, se han pintado ciertas zonas en blanco, aunque se han dejado pequeños fragmentos al natural para dotar al conjunto de carácter y singularidad.

El equipamiento y la personalización del estudio se basa en diferentes piezas de mobiliario de madera de pino, hechas a medida, que se adaptan a los espacios disponibles. Envueltas en un manto níveo y puro, con pinceladas de obra vista que recuerdan la naturaleza del local, las piezas definen y especializan los distintos ámbitos del estudio.

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