Nacieron en el Mediterráneo
Casa de la Brisa, en Castellón, de Fran Silvestre Arquitectos
FRAN SILVESTRE ARQUITECTOS BREEZE HOUSE 002
Hay una expresión catalana muy típica que dice "roda el món i torna al born". Viene a significar que es bueno tener inquietud por ver mundo y conocer cosas nuevas, pero que finalmente uno acaba regresando a casa, con los suyos y las cosas que conoce. Es algo así como la versión levantina de la morriña gallega, la nostalgia del hogar que nunca deja a las personas con raíces.
Viene esta introducción al pelo porque algo similar debió experimentar la pareja que encargó a Fran Silvestre Arquitectos esta casa. Tras una vida en el centro de Europa, decidieron regresar al Mediterráneo, a su luz, sus paisajes y, especialmente, al escenario donde transcurrieron los veranos de su infancia.
Para dar forma a este retorno a casa, los arquitectos reinterpretaron una villa del siglo pasado que caracteriza esta zona costera en la playa de Castellón. Para ello, la propuesta actualiza los elementos empleados en las construcciones colindantes como las celosías que constituyen las vallas y los porches en sombra ligeramente por encima de la cota de la calle.
La Casa de la Brisa –así se llama el proyecto– se configura con dos volúmenes que se maclan formando una única planta. De esta forma se acota la escala del porche permitiendo un adecuado control del intenso sol y se dota de privacidad a la habitación principal, aunque mantiene la visión del jardín. Las zonas húmedas diferencian la zona de día de la noche. En los interiores, de un blanco casi níveo gracias a los revestimientos de enlucido de yeso y porcelánico, la luz natural reverbera y crea una atmósfera serena, casi monacal.
Una escalera permite subir a la terraza superior en la que disfrutar sobre todo de las noches de verano. Un lugar desde el que poder ver el mar que se siente por la brisa y recuperar esas sensaciones íntimas de la infancia, cuando las jornadas de estío transcurrían felices entre el sol, la arena y la playa.