Muy pronto podrás vivir en una casa prefabricada impresa en 3D como estas
La arquitectura prefabricada con impresoras 3D avanza a pasos agigantados. En muy poco tiempo, disponer de una casa impresa en unas pocas horas será una realidad al alcance de todos.
Hace pocos días dábamos la noticia de la primera casa en Europa construida con una impresora en 3D que había obtenido el permiso legal para ser habitada, ubicada en Eindhoven, Holanda. Este avance anuncia la irrupción en un plazo no muy lejano en el mercado de una tipología de casas que promete llevar la rapidez y automatización de la construcción un paso más allá.
Es cierto que todavía queda camino por recorrer para que las casas prefabricadas con impresión 3D alcancen un nivel de estandarización que las saque de la fase de experimentación y las convierta en una opción viable a nivel comercial. La información a la que aludíamos al comienzo supone un primer paso para allanar uno de los obstáculos más importantes, el de la adecuación de estas construcciones a las estrictas normativas sobre calidad y habitabilidad que rigen en el entorno europeo.
Junto con la cuestión legal, hay aspectos técnicos que conviene tener en cuenta. El primero de todos, el tamaño de las impresoras para casas. Actualmente existen dos tipos de impresoras 3D para este cometido: las que van montadas en grandes estructuras que cubren todo el área de la construcción prevista, para que el cabezal de impresión pueda desplazarse por medio de guías –conocidas también como impresoras de pórtico–; y los robots con brazos articulados, cuyo área de trabajo es más limitado y por lo tanto necesitan ir cambiando de posición para cubrir toda la superficie de impresión.
En ambos casos, se trata de maquinaria pesada para la que se requiere una compleja logística de montaje in situ. Quizás por eso, los proyectos de casas prefabricadas impresas en 3D que se han visto hasta el momento son de un tamaño reducido y de una o dos plantas a lo sumo. Para edificios de mayor tamaño la opción más lógica a día de hoy es imprimir secciones en fábrica para luego ensamblarlas en el lugar. De todos modos, ya se está experimentando con impresoras 3D robotizadas de menor tamaño dotadas con ruedas u orugas capaces de moverse por las superficies a medida que las van imprimiendo.
Muchos de los proyectos que se han realizado hasta la fecha se caracterizan por el aspecto "rudimentario" de su fachada de hormigón o adobe. Esto no tiene que llamar a engaño sobre las limitaciones estéticas de esta tecnología. A menudo este acabado es premeditado porque se busca una "naturalización" de la construcción y una mejor integración con el entorno. Pero una casa prefabricada impresa en 3D puede tener el mismo aspecto que una vivienda convencional porque a la postre lo que se imprime es la estructura, a la que luego se le puede incorporar el aislamiento y el revestimiento interior y exterior.
Suscríbete a nuestra newsletter para saber más sobre casas prefabricadas e impresión 3D.