En esta vivienda situada en el barrio de Gracia de Barcelona, los residentes pueden disfrutar de un oasis de paz en medio de una de las zonas con más densidad de población de la ciudad. Carles Enrich ha diseñado un proyecto en que los patios interiores tienen la misma relevancia que los espacios interiores. El arquitecto recuperó las baldosas hidráulicas que estaban en buen estado y las colocó en la cocina, el baño, el distribuidor y el vestidor. Este suelo colorido y luminoso da personalidad a la casa. Los espacios están interconectados, garantizando una circulación fluida. Desde todas las estancias se tienen vistas a la calle y al patio.