Una moderna casa de pueblo formada por dos edificios conectados

La vivienda se creó conectando dos casas vecinas. Una de ellas se había reconstruido a principios de milenio pero la otra estaba en estado de deterioro. Los arquitectos decidieron eliminar los elementos modernos inadecuados, como una gran buhardilla con balcón y las ventanas de plástico, mientras recuperaron la mampostería de piedra original y pequeños elementos históricos que sí tenían un valor para ellos. Asimismo, se respetaron la forma básica, la escala y la materialidad de los volúmenes originales.

Detrás de los revestimientos de ladrillo, Atelier 111 descubrió mampostería de piedra original y pequeños fragmentos históricos de valor. "Con la rehabilitación respetamos la forma básica, la escala y la materialidad de los volúmenes originales. Ajustamos la disposición interna para conseguir la accesibilidad desde dos lados: para los peatones desde la plaza y para los vehículos desde el lado opuesto", detallan.

En una superficie de 288 metros útiles, la pareja del estudio checo ejecutó una vivienda que incluye un salón con una terraza exterior contigua, un ático con habitaciones para niños y una sala de juegos, un dormitorio con su propio baño, un jardín con árboles frutales y dos plazas de garaje.

La madera en suelo y techo da calidez al espacio principal, que acoge cocina y zona de estar.

En esta casa, las antiguas paredes de piedra pintadas de blanco conviven con elementos de factura contemporánea, como la isla de la cocina de color gris. 

En la planta superior, en una sala diáfana que también sirve como zona de juegos, los arquitectos han instalado una mesa de trabajo.

En la última planta hay un dormitorio panelado de madera. Está hecho a medida y cuenta con cajones bajo la cama para el almacenaje.