El proyecto de Michael Green Architecture para esta casa consistió en la ampliación de una construcción ya existente en North Vancouver, datada de 1912. Mientras que en el exterior se procuró recuperar elementos originales de la estructura, la fachada y las ventanas, para el interior se eligió una paleta de materiales escueta de madera y tonos blancos, junto con soluciones como elementos de almacenamiento integrados y una iluminación minimalista que sirviera de lienzo para la colección de arte del propietario. La disposición abierta de los espacios, en la que la cocina ocupa un lugar prominente, permite celebrar grandes reuniones con familiares y amigos. El conjunto demuestra cómo una construcción existente puede recuperarse y actualizarse para albergar un espacio que conjugue eficiencia y confort.