Con un bosque en los fondos del terreno y la visión frontal de campos de naranjos al atardecer, y con extensiones laterales que pronto ocuparán casas vecinas, el proyecto del estudio Jacobsen Arquitetura para esta casa arranca de una lectura visual del paisaje y del cálculo de una óptima perspectiva de visión desde la vivienda. Así surgió –cuentan– la imagen de un volumen longitudinal, con aleros que forman galerías abiertas y transparentes. Está construida en el nivel más alto del terreno para mejor disfrute del paisaje, con una planta baja camuflada por pendientes de vegetación y muros de piedra y una escalera de inclinación mínima, con acantos plantados en los extremos de cada peldaño y la luz natural descendente de una abertura en el techo.
La conexión entre los niveles y de estos con el exterior no puede ser más placentera. La planta principal, tan ancha como la parcela, dispone de gran amplitud para la distribución de zonas sociales y nocturnas. La sala y el comedor están abiertos a ambos lados e integrados por la amplia cubierta y aleros de cuatro metros. El suelo de piedra de las salas se prolonga en el exterior, formando una terraza y rodeando la piscina. Al fondo del jardín, la mansa frescura del bosque. De cerca y de lejos, desde abajo y a vista de pájaro, destaca la levedad del volumen, con sus materiales esenciales (madera y piedra) y sus extensos planos horizontales que lo dibujan, discretos, en el paisaje.