En esta moderna casa de Girona se vive de forma sostenible
Rodeada de árboles autóctonos, un huerto y un prado, esta casa de Sergi Serra y Marta Adroer se funde con el paisaje no solo estéticamente, sino haciendo un uso inteligente y sostenible de sus recursos.
Situada en el Alto Ampurdán (Gerona), en una zona de pequeñas elevaciones salpicadas de campos de cultivo, bosques e iglesias medievales, esta casa proyectada por los arquitectos Sergi Serra y Marta Adroer ha sido construida combinando técnicas tradicionales y sistemas tecnológicos en pos de un mismo fin: el confort sostenible, no tributario de energías y sustancias nocivas. Tal premisa empieza en el diseño paisajístico, basado en la plantación de árboles autóctonos (encinas, robles, lentiscos, arces, madroños, fresnos, olmos...) y abundancia de frutales y plantas aromáticas. También un huerto, que provee la cocina de la casa, y un prado silvestre, un viñedo, olivos y almendros. El riego lo proporciona el agua de lluvia que recoge la cubierta invertida de la casa, la cual esconde un tejado tradicional de teja cerámica. Etapa importante del proyecto fue el estudio de los vientos de la zona: la tramontana fría y seca que sopla del norte y los aires cálidos y húmedos que llegan del sur.
Por eso, la cara norte del edificio cuenta con pocas aberturas y la que mira al sur es acristalada, con protección solar y visual entre paneles verticales y horizontales. Apaisada al máximo y ligeramente elevada, con una volumetría sencilla y una fachada gruesa, a modo de "cojín" térmico, la casa cumple la voluntad del proyecto de integración plena en el paisaje, y parece que flote sobre la solidez tectónica del muro perimetral de piedra seca. Una imagen de horizontalidad poética y serena, envuelta en la naturaleza y alusiva, en el carácter escueto de su paleta de materiales –acero, hormigón, madera y vidrio, complementada con materiales y técnicas tradicionales como la piedra seca y el mimbre–, al "menos es más" de Mies van der Rohe.