Diseñada por el prestigioso arquitecto Ralph Anderson en los años setenta, en lo alto de un terreno inclinado y ajardinado (en Clyde Hill, Washington), encontramos una moderna casa hecha en su totalidad con madera de cedro. Según sus actuales propietarios, la casa necesitaba una intervención renovadora que no sacrificara el espíritu de la madera que bellamente la constituye. La solución se basó en dos vías de remodelación. Los espacios más especialmente definidos por el uso del cedro (entrada, zonas sociales) serían tratados de manera suave y ligera, mientras las áreas privadas serían más intensamente modernizadas, pero respetando siempre el diseño original.
En esta moderna casa encontramos rasgos de la tradición de mediados del siglo pasado, traducidos a un lenguaje con resonancias regionales del noroeste del Pacífico y, como los propietarios son originarios de Hawai, se sintieron cautivados por ese aire familiar. Las paredes, los techos y los plafones revestidos de cedro del vestíbulo alto y abovedado anuncian elementos que el visitante reencontrará en toda la casa. La renovación de la sala de estar y del comedor se ha centrado en la iluminación y en suelos de roble blanco. Modernos LED proyectan una luz suave en las paredes y techos de cedro. Los acabados fueron minuciosamente calibrados para integrar una combinación sutil de madera, acero, piedra y yeso. La cocina ha ganado, gracias la renovación, en claridad, con la encimera de mármol Calacatta, con los paneles de yeso y el roble blanco, y con una gran isla para cocinar en entretenida compañía. El despacho ostenta un escritorio empotrado de fresno y el tocador una atmósfera relajante que amplía sensorialmente sus dimensiones.