Un estilo lujoso, pero sin ostentación: así fue el encargo que la reconocida interiorista Adela Cabré recibió de los clientes, una familia joven con tres hijos, para esta casa situada en un barrio arbolado de Barcelona y diseñada por el estudio de arquitectura Blanch & Conca. La solución ha planeado sobre la amplitud de los espacios, la nobleza de los materiales, el mobiliario a medida, las obras de arte y la abundancia de luz natural. La estrategia del interiorismo ha apuntado con especial atención a los materiales y a una distribución espacial que favoreciera una cómoda circulación. Los materiales texturados (como la porosidad del estuco a la cal) que despiertan los sentidos, el predominio relajante de los colores neutros y la calidez en los tejidos articulan una estética que va más allá de los atractivos visuales efímeros. En el jardín, protegido por altísimos pinos, un pabellón semiabierto funciona como comedor al aire libre y lugar de reunión y recreo cerca de la piscina, con una mesa de madera y un gran espejo con chapa de hierro, diseñados también por Adela Cabré.