Enclavada en un denso paisaje de arbustos hemos encontrado esta casa en Australia que pertenecía a una familia con 10 hijos y ha sido reformada y transformada con la varita mágica de Polly Harbinson. Para crear un hogar más conectado al lugar, se apostó por quitar en lugar de agregar. El edificio existente era grande, pero estaba mal planteado, ya que una serie de añadidos creó lo que el estudio definió como "una construcción enorme, poco atractiva y rebelde". Tras un trabajo de reconfiguración del diseño desarticulado y caótico de la casa existente, eliminando la oscuridad de los recovecos, se ha llenado la vivienda de luz.