Formas limpias pero dotadas de un gran carácter y una paleta sobria y depurada hacen de esta casa en Australia un lugar especial. Los materiales robustos como la madera o el ladrillo se suceden en una serie de espacios donde las barreras entre exterior e interior, a menudo, se difuminan.
La pieza central de la casa es un espectacular salón al que se accede a través de un sendero ajardinado, y que comunica con el comedor y con la cocina de una forma natural. Una escalera que combina la madera con el acero conecta los dos pisos de la casa, donde la luz natural ayuda a profundizar en las diferentes texturas. Entre los encantos de esta residencia se encuentra una piscina, perfecta para relajarse y disfrutar.