En el borde del bosque de Heverlee en Bélgica esta antigua villa de la década de los sesenta que acaba de ser acondicionada en clave contemporánea para funcionar como casa de huéspedes. Se llama Mud Residence y ha sido diseñada por el arquitecto de interiores Andy Kerstens en colaboración con los fundadores Sophie y Frank De Jonghe. Con su suelo de piedra, una paleta de colores sosegados con predomino de grises y beige y muebles modernos, la vivienda transmite una sensación de calma y serenidad que se refuerza con los juegos de luces y sombras y la naturaleza cercana.