Este piso en Estocolmo ofrece su cara más radiante. Pese a sus dimensiones (37 m2), se ha conseguido crear un dormitorio aparte. Además, sus vistas al lago hace que crezca visualmente.
La rehabilitación ha priorizado el factor bienestar. Para ello, se ha generado un ambiente práctico y acogedor al mismo tiempo. Los materiales naturales como la madera combinan con tonos suaves, creando una atmósfera agradable.
Aunque es un piso de pocos metros, ahora, su propietario puede disfrutarlo, con la garantía de que se ha aprovechado hasta el último milímetro de espacio. Además, el piso está ubicado en un precioso edificio de los años 20 con ascensor.