En la vibrante ciudad de Gotemburgo hemos encontrado este apartamento ubicado en una tercera planta y para cuya decoración se ha apostado una paleta de colores limitada: gris, beige, blanco y verde aportan carácter gracias a la profusión de las texturas, con predominio de los materiales naturales, como el lino o el algodón, que se usan para vestir las habitaciones. Los suelos de madera, las puertas con espejos y una vista inmejorable de los tejados de Linnaeus, hacia el puerto y Kungshöjd, completan el conjunto. El resultado es un refugio atemporal, sereno, sutil, elegante y acogedor.