Ya os habíamos abierto las puertas de la mansión en la que Sharon Stone dio vida a la calculadora asesina en serie y escritora de "Instinto Básico", pero esta vez hemos decidido alejarnos de la ficción para descubrir cómo era de verdad la casa de la actriz en San Francisco. Stone se mudó a esta casa en la playa de la costa californiana en 1998, cuando la adquirió junto a su marido en aquel entonces, el periodista Phil Bronstein, por 6 millones de dólares. Cuando el mediático matrimonio se divorció en 2005, la vendieron por 13 millones y ahora vuelve a estar a la venta por 39 millones, convirtiéndola en la propiedad más cara del Área de la Bahía, que incluye las ciudades de San Francisco, San José y Oakland.
El primer punto a resaltar es que, al igual que el personaje de ficción, Sharon Stone tiene predilección por las viviendas con impresionantes vistas al océano Pacífico con el valor añadido de que esta vez, además, se le suma un hito arquitectónico icono de la ciudad: el puente rojo colgante Golden Gate. Panorama del que se disfruta desde las ventanas de la vivienda, pero también desde una maravillosa terraza donde relajarse, y que da acceso a través de unas empinadas escaleras a la playa de Baker Beach, parte del Parque Nacional del Presidio.
La historia de esta casa en la playa se remonta a 1908 cuando sus dueños originales se marcharon del centro de San Francisco por el miedo a los recurrentes terremotos y construyeron la que se convirtió en la primera vivienda del barrio de Sea Cliff, al noroeste de la ciudad. Desde entonces, por supuesto, se ha ido modernizando con el paso del tiempo pero su encanto elegante y clásico se mantiene gracias al uso de la madera oscura en el suelo y las piezas del mobiliario más sobrias o las elaboradas chimeneas. La mansión, dividida en dos plantas, cuenta con siete dormitorios y ocho cuartos de baños, además de la sala de estar, el comedor, la cocina totalmente equipada, una sala de lectura y los numerosos balcones y terrazas que se distribuyen por las habitaciones.