La madera gana altura en Madrid

Estudio Ábaton construye en El Viso un edificio de viviendas con estructura de madera de siete alturas

Ábaton-ARV8-2

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Ábaton-ARV8-2.

Reproducción del salón de una de las cuatro viviendas. 

Proj. ARV8 Fotografia QUEIMA FILMS.

El mismo salón en fase de construcción, recubierto por completo de madera.

Render-ARV8 ÁBATON.

Aunque en gran parte oculta, la madera estará igualmente presente gracias a su sutil olor. 

Proj. ARV8 Fotografia QUEIMA FILMS 3.

Trabajar con madera hace que resulten más metros útiles. 

Render fachada  de Dia Promoción ARV.

Render de la fachada, de líneas contemporáneas.

Proj. ARV8 Fotografia QUEIMA FILMS 2.

Desde Ábaton aseguran que la madera permite pensar con más libertad el proceso de construcción.

Hasta la irrupción del acero y el hormigón a principios del siglo pasado, la madera era el principal pilar de los edificios en España. Sencillamente, era garantía de buena construcción, porque bien preservada de la humedad –por debajo del 20%–, se podría decir que dura eternamente, además de que ayuda a preservar los bosques y, por tanto, a reducir el volumen de dióxido de carbono en la atmósfera. En nuestro anhelo de volver a ese equilibro natural de antaño, la madera está volviendo a la construcción apoyada en unas cualidades técnicas puestas al día.

Buen ejemplo de este renacer, es el último proyecto del estudio Ábaton: el edificio con sistema estructural de madera más alto de la Comunidad de Madrid. De siete alturas y dividido en cuatro viviendas, se ha levantado en la calle Antonio Rodríguez Villa de la capital demostrando que la madera es el material del pasado, presente y del futuro. Sus dimensiones y la necesidad de encajar la estructura entre medianeras supusieron sus principales retos.

Para Camino Alonso, directora creativa de Ábaton, “la decisión de usar la madera como elemento sustentante del edificio, no solo responde a nuestra conciencia ecológica o a la mayor eficiencia del material por su condición térmica. Tampoco está motivado por la rapidez con la que podemos llevar a cabo la obra o por la mecanización previa de taller. Responde, ante todo, a nuestro deseo de traer a la ciudad su carácter natural”.

Todo han sido ventajas: la madera ha permitido trabajar con luces estructurales mucho mayores y conseguir espacios diáfanos de mayores dimensiones. Además, resultan más metros útiles dado que se requieren menores espesores de muro. Luego están los detalles: al quedar a la vista en los techos, la sensación higrotérmica es perfecta y acorde al comportamiento natural del cuerpo humano. La textura de lo natural, de lo irregular y su envejecimiento suponen otra singularidad. Incluso el olor y la acústica también son diferentes y especiales.

"En cuanto al proceso de construcción, permite pensar con más libertad y trabajar con el espacio como si se obtuviera arrancando el vacío del interior de una masa maciza. El material en sí mismo sustenta y envuelve el espacio, no necesita ser tapado en su interior y muestra la arquitectura de manera honesta, sin artificio. Y esto, sin duda, tiene mucho que ver con la filosofía de Ábaton", precisa Camino.

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