Con los Pirineos como telón de fondo y olorosos pinares alrededor, esta casa proyectada por los arquitectos Josep Camps y Olga Felip está situada en La Selva, a tiro de piedra tanto de la ciudad de Girona como de la Costa Brava. Un enclave envidiable, que el diseño de la casa aprovecha con sutileza mediante un envolvente porche perimetral, el cual, además de servir de gran mirador enfocado hacia las vistas, regula las condiciones atmosféricas del exterior.
Ese porche apaisado se viste, al acceder a la casa, con una piel de lamas de madera antecedida por un muro bajo de piedra que marca el límite del terreno. Pero lo hace solo a un lado de la parcela; el otro lado de ese “umbral” está señalado con vegetación ordenada en parterres, con un ciprés solitario que da la bienvenida y a la vez equilibra, con su esbelta silueta, la imagen apaisada de la casa.
Un gran patio vacío con pavimento de ladrillo se intercala entre el límite y el porche, y desde este punto es posible apreciar un diálogo de formas y resonancias materializado con modos tan simples como ricos. La piedra del muro se relaciona íntimamente con la vegetación, con la tierra cocida del ladrillo, con los pinos mediterráneos que asoman detrás de la casa, con la cultura y la economía tradicionales de la región, y hasta con el cielo azul.
Todas las estancias se encuentran en una única planta alargada, de modo que cada una de ellas (cocina, comedor, estar, tres dormitorios) se abren al jardín y a la piscina desbordante y al solárium pavimentado con tarima de cumarú. Los suelos interiores son de tarima de iroco, y es sin duda la abundancia de esta madera el elemento que otorga confort a los interiores. La sucesión y alternancia de las superficies opacas (los suelos, las paredes, los tapizados) y las transparencias de las grandes aberturas configuran (en el salón y el comedor, en los dormitorios) espacios de tibieza interior y a la vez volcados a la naturaleza cambiante del exterior.
Fuera, detrás de los cristales, empieza un mundo de matas aromáticas y pinos, de senderos que van a Girona o al mar y que, aunque no se divisen, se presienten desde los sofás del salón. Por lo demás, el edificio muestra sus credenciales sostenibles: construcción con estructura de madera extraída de explotaciones forestales ecológicas, aislamientos térmicos naturales, aprovechamiento de la energía solar para producir agua caliente, sistema de recogida de agua de lluvia para el riego y electrodomésticos eficientes.