El clima cálido del estado de Paraná, en Brasil, donde está ubicada la casa AN House, ha inspirado al arquitecto Guilherme Torres el diseño de una residencia con grandes espacios abiertos y circulación transversal, cerrando espacios con celosías de madera.
Dividida en tres bloques que forman una U –dos en la planta baja y uno que forma el piso superior–, están organizados de manera que el área social y la sala de estar quedan separadas de la zona de descanso. Esta casa totalmente cerrada al exterior, diseñada para una familia con tres hijos adolescentes, da mucha importancia al espacio que comparten en común.
Hormigón, madera y mármol blanco se equilibran a la perfección
La puerta de entrada está camuflada en un vestíbulo pensado como una gran caja de madera, similar a un escenario de teatro. El salón interior mantiene el mismo acabado de madera cumaru que se abre a la zona de recreo, equipada con una cocina gourmet, un sala de estar y una de televisión.
El solárium y la piscina disponen de una gran cubierta de madera, que une esta zona con la de recreo. En el lado opuesto a la sala de estar, las persianas de madera cierran la habitación de invitados y la sala de masajes.
La zona superior, donde se encuentran los dormitorios a los que se accede a través de un largo pasillo, está completamente cerrada por uno de sus lados, mientras que, por el otro, grandes puertas y ventanas de madera cumaru se abren a un balcón con vistas a la piscina, creando una unión perfecta entre este piso y la zona de recreo.
La AN House tiene los muros que la rodean recubiertos de varias especies de plantas tropicales, una alternativa al jardín vertical tradicional, que se mantiene gracias a un sistema de irrigación especial. El verde de los muros, que conservan la privacidad de sus habitantes, suaviza esta construcción de hormigón.