Mimetizado con el entorno y explotando la asociación de geometrías y colores bajo el ímpetu del universo rebelde del grupo italiano Memphis, antítesis de la monotonía y la arquitectura y el diseño monocromáticos de su época. Así se presenta lo que, en teoría, es el clásico refugio en el bosque, y en la práctica es un universo alternativo personalizado, diseñado con un espíritu sostenible y un rigor matemático arquitectónico. A los propietarios les sedujo la narración fotográfica que ilustra los proyectos de Studio Jean Verville, dos excéntricos admirables, apasionados por el arte y el diseño italiano de los años 80, y le pidieron que se encargaran de su refugio en el bosque.
"El proyecto celebra una multiplicidad de referencias en un sistema de relaciones expresivas y contrastantes para comunicar las personalidades de los propietarios", detalla el estudio. "En aras de la integración en la naturaleza circundante, esta casa-estudio revela una forma orgánica y una apariencia cruda, confrontando sus materiales con un juego de líneas curvas en una ejecución minuciosa. Su extravagancia se manifiesta en interiores con gráficos, donde volúmenes y materiales se desarrollan en una brillante organización cromática". Pura poesía descriptiva.
La ubicación de este "ecléctico" conjunto viene determinada por la presencia de un arroyo. En el lado sur, la disposición lineal de las habitaciones permite una vista constante del paisaje y dicho arroyo. En el lado norte, dos volúmenes distintos, conectados por una entrada completamente acristalada, aparecen como una larga fachada ciega unificada por un solo techo.
Convergiendo en un conjunto de soluciones formales, los volúmenes ocultan tanto elementos de almacenamiento como domésticos para articular un sistema estructurado. Jugando con las posibilidades de impacto visual, las texturas, colores y materiales explotan la luz en un reflejo caleidoscópico. "Volúmenes y superficies mezclan juegos de oposición formal, adornándose con un conjunto de elementos, patrones y colores, que compiten por las huellas de la infancia. Quintaesencia de la escapada a la naturaleza, el bosque laurentiano acoge este refugio en una parcela de terreno que ha permanecido virgen, proporcionando un lugar de vida y trabajo vibrante y libre a la vez". Una delicia.