La increíble transformación de una vivienda tradicional de jornaleros en Málaga

La Centinela es el proyecto estrella del arquitecto Francisco Ortega Ruiz, quien ha rehabilitado un espacio abandonado en una vivienda que rinde homenaje al pasado agrícola y rural de nuestro país.

Foto: Juanca Lagares
Sara Barragán del Rey
Sara Barragán del Rey

Periodista especializada en arte y cultura visual

La recuperación y restauración de una vivienda tradicional de jornaleros de finales del siglo XIX en Vélez, Málaga, plantea una nueva mirada sobre la historia agrícola de nuestro país y una reflexión sobre la vida sostenible, integrada en el entorno natural. El arquitecto Francisco Ortega Ruiz, de FORarquitectura, a cargo de este proyecto de rehabilitación, lanza con este ejercicio arquitectónico una pregunta: ¿Cuáles son las necesidades básicas del ser humano para habitar un espacio?. 

El edificio original carecía de recursos higiénico-sanitarios, "tenía espacios interiores poco salubres por la falta de ventilación, mala calidad del aire interior debido a la presencia de humedades por capilaridad, ausencia de herramientas de apoyo térmico para combatir la época más fría del año y dudosas condiciones de seguridad", explica el arquitecto. La centenaria construcción, claramente, no era apta para ser habitada. Pero la fuerte relación de la arquitectura y el programa de la edificación con el contexto rural, la aparición de un tipo de bloque de piedra popularmente conocido como Cantilla entre sus muros de carga (empleado en la construcción de las naves Catedralicias de Málaga1 durante el Setecientos), la memoria histórica y paisajística y la intención de conservar el patrimonio rural que desgraciadamente está siendo silenciado; impulsa y alimenta la inquietud del arquitecto por no dejar morir esta construcción que forma parte de la historia de nuestra sociedad y de la biografía de la Axarquía.

El resultado es una nueva vivienda cálida y acogedora con un diseño muy cuidado y una atmósfera en la que el tiempo se detiene para poner en valor lo rural. Por su calidad arquitectónica es una de las las obras seleccionadas por el Colegio de Arquitectos de Málaga para los premios del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España, entre las 184 propuestas seleccionadas. La tradición y la artesanía también se ponen en valor en este proyecto en el que podemos encontrar piezas de diseñadores como Isamu Naguchi o Valeria Vasi. Una oda al pasado que ha transformado un edificio abandonado en un verdadero tesoro rural. 

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Fachada La Centinela trasera casa rural

La intervención consistió en la consolidar estructuralmente la antigua casa abandonada, que tenía una cubierta que se encontraba a pique del desplome por el pandeo de las vigas de madera que la sujetaban, ya que estaban debilitadas por la carcoma. Se proyectó una subestructura de hierro que sirve de apoyo a las mismas para asegurarla. 

Interior casa rural La Centinela

En el interior de la vivienda se respetó la distribución, apostando sólo por la rehabilitación de los espacios mediante la aplicación de materiales que se camuflan en una atmósfera atemporal y conviven con los que se recuperan.

comedor casa rural La Centinela

En el zaguán, así como en el dormitorio y el baño, se revistieron las paredes hasta los 2,10 m de altura (altura en la que se encuentra el dintel de puertas de paso) de baldosines catalanes de 14x28 cm generando un tapiz vertical que abriga los espacios y crea un ambiente cálido. Estos materiales cerámicos favorecen al amortiguamiento térmico interior aportando frescor al estar en sombra en la época cálida o reteniendo el calor acumulado en los muros en la época fría. Los morteros de cal natural blanca ascienden por las paredes generando un ambiente salubre que permite que los muros respiren y se eviten condensaciones.

baño casa rural La Centinela

El ritmo de estas plaquetas se altera al llegar al baño cambiando las dimensiones de las mismas por 5x25 cm en el mueble del lavabo y pared, para destacar su función.

Cocina casa rural La Centinela

Azulejos cerámicos vidriados en color negro nos indican las zonas húmedas como la bañera o la encimera de la cocina. Los suelos de baldosas de barro se rasparon y lijaron para limpiarlos y se protegieron con una película resinosa.

Habitación LA Centinela

La zona ubicada en la cara este de la vivienda contiene el programa nocturno e íntimo (Baño, zaguán y dormitorio). 

salón casa rural La Centinela

La nave orientada hacia el oeste, recoge la zona más pública (salón/taller y cocina). La diferenciación de espacios íntimos y comunes, se enfatiza con un diseño interior basado en la creación de ambientes donde la materialidad, la luz y el confort térmico crean un recorrido introspectivo.  

vista zaguán casa rural La Centinela

Sobriedad, calma y acogimiento invitan al usuario a la reflexión y contemplación del espacio tiempo en este refugio intemporal protegido del ruido urbano.

Vista aérea La Centinela casa rural

Con este proyecto se recupera la esencia agrícola y rural de nuestro país y se nos invita a una reflexión sobre las formas de habitar. 

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