Una impresionante casa entre nieve y rocas volcánicas
Situada al borde de un arroyo, esta casa creada por Faulkner Architects es un refugio familiar moderno y cautivador. Su arquitectura de estilo contemporáneo se adapta al terreno abrupto, entre grandes rocas volcánicas, fuertes pendientes y un manantial helado durante los meses más fríos. La forma y materiales empleados en su fachada, así como su interiorismo minimalista y zen nos han enamorado
Ubicado en medio de un bosque de pinos y abetos, cuyo suelo está formado por piedras volcánicas, Creek House es un refugio familiar que habita en un claro al borde del manantial alimentado por el arroyo Martis Creek, en California.
Cerca de la base de Lookout Mountain, en Northstar California Resort, la casa está concebida en una sola planta como tres módulos direccionales que se deslizan entre y junto a las rocas y los árboles. Su arquitectura tan especial es obra del estudio Faulkner Architects, mientras que el interiorismo está firmado por CP Interiors.
El volumen más grande contiene las principales salas de estar y dormitorios. El módulo central alberga los espacios de entrada y soporte y conecta con el tercer bloque, que contiene un garaje en tándem con acceso directo a la casa. Un muro de hormigón aislado de 43 metros de largo con orientación sur marca los espacios longitudinalmente y sitúa la casa en el terreno montañoso.
Un desplazamiento del bloque principal hacia el oeste sobre la pendiente natural del sitio genera dos jardines de rocas.
El jardín hacia el este está abierto al cielo y construido en el vacío dejado por el desplazamiento, con paredes de concreto a la altura del edificio retenidas para brindar privacidad al dormitorio principal.
En la parte superior de la pendiente, la forma horizontal de un piso presenta una cara cerrada y segura a la exposición de la calle del noroeste.
Pantallas de lluvia de acero resistente al fuego y acristalamiento templado habitan los territorios ganados por el muro de hormigón.
La superficie de grava, fijada con piedras de basalto originales del lugar y enmarcada con agua, solo se puede ver a través de una caja de vidrio tridimensional baja que permite que el jardín penetre en la habitación. Una cuenca rectangular captura el deshielo para crear una piscina de agua protectora y efímera alrededor de esta área más privada de la casa.
El segundo jardín al oeste vive debajo de la casa en voladizo que protege el nivel inferior del sol y contiene las rocas más grandes. Un piso de pasillo acristalado arriba revela una caída dramática en la topografía y rocas del tamaño de un coche.
La gran casa está diseñada como un rectángulo largo y delgado que mira hacia el sol para maximizar la exposición solar durante el invierno y minimizar la ganancia de calor del oeste y el este en verano.
La casa se enfría por las brisas predominantes que fluyen hacia arriba y a través de la casa desde el oeste. Los pisos de piedra azul con calefacción radiante, el agua caliente sanitaria con asistencia solar y la luz eléctrica LED reducen aún más las demandas de energía.
A pesar de ser una vivienda de una sola planta, la altura de sus techos son como si fuera de dos pisos. Esta característica hace que se aprecien interiores extraordinariamente amplios y luminosos.
La decoración es moderna y minimalista, apostando por las piezas justas y necesarias para el confort de la familia. Eso sí, todas ellas, mobiliario e iluminación de diseño actual con mucha personalidad.
Blancos, grises y negros se ven sorprendidos por pequeños toques de color, como el rojo. Además, grandiosas puertas pivotantes conectan espacios interiores con exteriores.
La zona de día se forma mediante espacios diáfanos que unen salón con comedor y cocina. Desde aquí pueden verse las escaleras que llevan al sótano, formado por el desnivel del terreno, donde se hallan las áreas más privadas.
La cocina mezcla el mobiliario en blanco crema con las encimeras y salpicaderos de mármol. Su distribución es en paralelo, con un módulo isla y el otro adosado a la pared. Desde aquí también se anuncia el pasillo con suelo de vidrio reforzado, al fondo.
Estas pasarelas con suelo de cristal se realizan para poder respetar el abrupto terreno y ver las grandes rocas originales del lugar. Así, estas enormes piedras se integran en el pavimento de la vivienda. Y al fondo, el bosque.
En la mayoría de zonas, las paredes se han dejado con el hormigón visto y las vigas de acero negro sin tapar. La belleza de estos materiales de construcción se revela sin ningún pudor.
En algunos tramos se realizan aperturas estratégicas para transportar a los interiores trozos de exterior, como el patio de grava blanca.
En un altillo se ha ubicado el estudio o zona de despacho. Su estilo sigue la tónica de estética sobria y contemporánea de todo el proyecto.
Para la zona de noche, suelos de madera natural y grandes ventanales que conectan las estancias de relax con la naturaleza.
En los baños, mármol reluciente se combina con mobiliario de madera oscura. Y como curiosidad, una tina de acero se enfrenta a las espléndidas vistas.
Los suelos de la casa alternan piedras naturales con madera, marcando ambientes con una riqueza de texturas muy sutil y elegante.
Las terrazas se han previsto teniendo en cuenta en todo momento al terreno. La naturaleza es la reina y la arquitectura se ha ido adaptando a ella con la máxima sensibilidad.
El estudio Faulkner Architects firma esta obra en la que se ha tenido un profundo respeto por la naturaleza. La casa se ha diseñado teniendo en cuenta en todo momento el terreno rocoso y boscoso en el que se encuentra, adaptándose a las pendientes con balcones y plataformas en voladizo. Al fin y al cabo, las rocas y los árboles estaban primero.