Un ático en el centro de Madrid con vigas vistas y toques castizos

Los propietarios tenían claro que para su nuevo hogar buscaban un estilo nórdico con toques castizos. El apartamento madrileño se ubica en un barrio tradicional de Madrid y sus habitantes, una joven pareja de creativos formada por un dj internacional del norte de Europa y un diseñador gráfico del sur, querían plasmar sus referencias culturales, incluida Berlín, ciudad donde vivieron los últimos años.

Cuando compraron el apartamento toda la casa contaba con un falso techo que se eliminó y apareció una cubierta de madera con alturas de hasta cinco metros. Entre su objetivo estaba también recuperar la terraza donde se habían construido dos habitaciones más, así como potenciar el carácter social de la vivienda, como refugio para compartir con amigos. Con esta premisa, el estudio de arquitectura marcó dos zonas diferenciadas: una más pública y abierta a las vistas con el salón-comedor, la terraza y el estudio de música, y por otra parte, un área privada que acoge dormitorio, vestidor y baño.

Madera, predominio del color blanco y limpieza arquitectónica confluyen en el apartamento de la joven pareja. Es un espacio fluido y dinámico que se adapta a los estilos antagónicos de sus creativos dueños. La cocina cuenta, además con una gran encimera capaz de convertirse en barra en caso de visitas.

En la zona común se elimina todo hasta llegar a la estructura. Se han eliminado los falsos techos y se comunica con la terraza a través de puertas de vidrio que crean sensación de amplitud.

El suelo de la terraza se ha vestido con un azulejo de motivos geométricos azulados, típicos de la costa de Levante. Además, se ha instalado una ducha exterior que trae el agua de los patios mediterráneos y sofoca el calor en los duros veranos de Madrid.

El área privada del apartamento se ha aislado con puertas correderas que lo aíslan del resto de la vivienda. Para el dormitorio el estudio de arquitectura proyectó un espacio acogedor y envolvente que alude a la silueta de las cabañas nórdicas.

A través de la elección de materiales el estudio unificó ambos mundos, nórdico y mediterráneo. La madera trae los tonos neutros y sosegados del norte, el cristal deja pasar el sol madrileño y el azulejo evoca aires mediterráneos.