Entre las casas de los sueños (de la infancia, el amor novelesco) figuran la pequeña cabaña en lo alto de un árbol y un antiguo molino, como el de este reportaje. Situado en el tacón de la bota italiana (en Salento, cerca de la ciudad de Lecce), es el escenario que eligieron los arquitectos y diseñadores Ludovica y Roberto Palomba para crear su retiro vacacional.
Un molino del XVII reinterpretado con mirada contemporánea
El molino, dedicado antaño a la producción de aceite para lámparas, data del siglo XVII, y exhibe gruesos muros y techos altos y abovedados que le dan una cualidad de templo o de terma clásica. El proyecto se fundamenta en la creación de ese envoltorio histórico y su adecuación a un hábitat moderno a través de los acabados, los acondicionamientos y el mobiliario contemporáneo.
En esta región del sur de Italia se llama stella a este tipo de techo abovedado (por su semejanza con la forma de una estrella), técnica muy utilizada justamente en la época en que se construyó el molino, que mantiene una fuerte relación con el territorio.
Esta casa contemporánea es el fruto de una reelaboración del vínculo con lo que la cultura latina denominó genius loci. El genio de este lugar extremo –punzante, calcáreo, luminoso hasta casi la ceguera– de la bota italiana está en las terrazas abiertas al cielo añil, en los acantilados altísimos que caen a pico sobre el mar, en los muros de piedra de Lecce, y también en las bóvedas de un blanco alimonado y resplandeciente de este molino que no desdeña el pasado, sino que lo "depura".
Arquitectura y diseño, tradición y modernidad: una convivencia armónica
"Hemos elegido pocas piezas de mobiliario, alternando algunas diseñadas por nosotros con otras que pertenecieron a nuestras familias durante generaciones", relatan Ludovica y Roberto Palomba.
"Como arquitectos y como diseñadores, mantenemos un punto de vista global, un continuum en que la arquitectura y el diseño se encuentran y se interpenetran. Esta casa es nuestro retiro en el corazón de Salento,una tierra que amamos. Es un lugar de descompresión, que propicia una convivencia amigable y ligera".
Conocen muy bien Ludovica y Roberto hasta qué punto es "literario" un molino, y de modo especial en tierras mediterráneas. Más que del combate ilusorio de don Quijote con aquellas pobres aspas de la meseta castellana, este modelo italiano recuerda al de Alfonse Daudet (en sus muy famosas Cartas desde mi molino), rodeado de cabras y campos de lavanda.
Tanto en la Provenza como en el sur de España, de Italia y de Portugal, lo sobrio casa con lo sensual. Y para lograr esas "nupcias" del ascetismo con el hedonismo, todo es cuestión de formas en el espacio y del movimiento de la luz en ese espacio.