El hormigón es lo que necesitas si vives en el campo
Entre las montañas de Geraneia y las llanuras de Megara, en Grecia, el estudio Tense Architecture Network proyecta esta casa de hormigón, concebida como una segunda residencia en medio de un olivar
Entre el paisaje rural del sur de Grecia se levanta entre olivos esta casa de hormigón, de planta triangular y cubierta vegetal, proyectada por el estudio ateniense Tense Architecture Network. El edificio de hormigón de 200 m2 fue diseñado como una segunda residencia para la pareja de propietarios, que habitualmente viven en Atenas. Las formas únicas que presenta el proyecto se divide en cuatro secciones distintas: dos volúmenes interiores y dos patios. El mayor de los edificios interiores alberga la sala de estar, la cocina y el salón. Todo ello en un espacio diáfano y sin particiones interiores que, además, se completa con puertas correderas de cristal transparente de gran tamaño, que se abren para ofrecer conexión visual y física con el exterior. De este modo, se logra que la naturaleza de alrededor se convierta en parte del proyecto, no solo regalando panorámicas hacia las montañas más próximas, sino favoreciendo la circulación por los terrenos continuos a la casa. El bloque más pequeño contiene los baños y dormitorios y da a un jardín cerrado. Conectando los dos volúmenes interiores se encuentra un gran patio central con un pasillo acristalado.
Para hacer que la vivienda, aislada y de hormigón, se integre de la forma más natural posible en el paisaje, se ha recubierto el techo ligeramente inclinado con plantas autóctonas, una vegetación que se ajusta a las condiciones climáticas griegas, en particular las de la región de Ática, como son lavanda, helicriso, gauras, drosantemo y tomillo, entre otras. Un ecosistema autosostenible que permite que el edificio se convierta gradualmente en parte del paisaje. Asimismo, el hormigón ha sido tratado con un barniz específico para fachadas, un tinte suave que permite que el edificio se asiente en el paisaje a la espera de su gradual corrosión.
Como la residencia se encuentra entre la llanura de Megara y las montañas de Gerania, los arquitectos tuvieron que hacer una elección; y decantaron la orientación de la vivienda hacia el volumen montañoso, situado en la cara norte, y renunciando casi por completo a la lejana llanura. No obstante, las vistas que se disfrutan desde el salón o la cocina, no tienen precio. Los cerramientos transparentes ganan privacidad con el empleo de cortinas doradas de gran altura que añaden un toque teatral al proyecto que convierten al paisaje que rodea a la vivienda en la mejor escenografía para todas las experiencias vitales que deben acontecer en ella.