La región de Vysočina, en el corazón de la República Checa, es el emplazamiento elegido por los propietarios de esta casa de vacaciones para huir del ajetreo urbano y desconectar rodeados de naturaleza intacta.
En este enclave de paisajes en calma, el estudio Atelier 111 architekti, con sede en Praga, ha planteado la vivienda como si de una cabaña se tratara, revestida completamente de madera y asentada a orillas de un estanque.
Ante las limitaciones, creatividad: una casa cuatro en uno
Precisamente por su ubicación junto al humedal, el proyecto ha tenido que hacer frente a estrictas limitaciones en cuanto a la construcción, entre las que se incluye una superficie máxima de construcción de tan solo 50 m2 y una altura máxima de 5 metros.
Ante tales condicionantes, el estudio de arquitectura encargado del proyecto, ha recurrido al ingenio y ha tomado como modelo las cabañas tradicionales de tejado a dos aguas y las ha replicado hasta cuatro veces. Y lo ha hecho conectando tres de ellas y manteniendo la cuarta separada, logrando así una superficie total de 72 m2.
Una vez dentro de los tres módulos integrados, se ha apostado por un interior diáfano, a base de espacios abiertos y con el empleo de un mobiliario mínimo, todo en madera. El acceso comunica con la cocina, que hace de distribuidor hacia el dormitorio principal, la sala de estar y el baño.
Las áreas comunes y el dormitorio incorporan grandes acristalamientos para poder disfrutar de vistas panorámicas al estanque y al bosque de robles centenarios, al tiempo que aseguran un suministro abundante de luz natural.
El cuarto módulo, independiente y algo más cercano a la orilla, tiene una doble función: la parte posterior sirve como amplio espacio de almacenaje, mientras que el lado que mira hacia el agua es un porche cubierto.
En todo el proyecto se ha querido dar un papel protagonista a la madera, cuya hegemonía queda evidente tanto en el interior como en el exterior de la vivienda.