En Valencia, en la planta última de un edificio histórico de 1930, el equipo de arquitectura Boor se ha encargado de ampliar visualmente esta casa que era oscura y compartimentada en habitaciones interiores. Originalmente el inmueble contaba con un falso techo que escondía una doble altura y cuando se comenzaron las labores de derribo se descubrió toda una estructura de pilares y muros de carga de ladrillo macizo y vigas de madera originarias de Nueva Orlenas (Estados Unidos). "Tras este hallazgo empezamos a diseñar el piso ya no en planta si no en sección, ganándole el altillo", explican los arquitectos del estudio de arquitectura e interiorismo fundado por Borja Senabre y Raquel Riau y especializado en reformas integrales de viviendas y locales comerciales.
Tras su intervención, se ha conseguido una vivienda espaciosa, amplia y luminosa, "donde la vegetación es una de las principales protagonistas junto al mobiliario sencillo y una iluminación cuidada y sencilla".