Vivir en un establo te ahorra problemas de espacio
Un establo abandonado en la población cántabra de Güemes cobra una vida nueva gracias a Zooco estudio, que saca todo el partido al espacio mediante una intervención mínima.
Un antiguo establo en Güemes reconvertido en una casa familiar. El proyecto de Zooco Estudio aborda la rehabilitación y ampliación de este antiguo establo situado en el pueblo de Güemes, en Cantabria. La construcción sigue el sistema constructivo local, sencillo y sin pretensiones, consistente en muros de carga de piedra sobre los que se apoya una cubierta a dos aguas, formada por una estructura de madera acabada en teja.
La premisa de la intervención arquitectónica era el respeto absoluto. Respeto hacia los materiales tradicionales empleados pero también hacia el tipo de espacio generado en su interior. La secuencia compuesta por cocina/comedor/sala chimenea/salón/despacho/librería se desarrolla de una forma lineal, bajo una misma cubierta. Tan solo el dormitorio principal, escondido tras una estantería, está separado del ambiente general, así como un segundo dormitorio al que se accede a través de unas escaleras exteriores.
Las únicas modificaciones sobre la arquitectura existente se han realizado en fachada. Tanto en la fachada este como en la oeste, el estudio abrió vanos, buscando la integración con la naturaleza. En la fachada sur, instaló un sistema de celosías que aportan privacidad pero que a la vez permiten disfrutar del exterior.
Además, existe un edificio de ampliación que ha sido concebido desde un punto de vista más racional, heredero del lenguaje moderno clásico. Su forma en L y su implantación en la parcela, casi en contacto con el existente pero sin tocarlo, favorecen la creación de un espacio abierto entre edificaciones, dentro del cual se integra la piscina y cuya orientación busca las mejores vistas del lugar. Esla vivienda para invitados, que incorpora sala de reuniones, sauna y un porche de transición abierto al espacio de piscina.
Los materiales respetan el lenguaje existente: maderas locales, piedra de la zona, fachadas blancas y teja conforman la estética del conjunto. La estructura metálica y el hormigón aportan el contrapunto contemporáneo a esta excelente muestra de arquitectura tradicional cántabra.