En Chamberí, uno de los barrios más cool de la capital, se encuentra esta vivienda de 120 metros cuadrados. Sus propietarios querían crear "un hogar luminoso, alegre, libre y sin prejuicios", como cuentan desde el estudio de arquitectura y diseño Martín Peláez, artífice del proyecto. Tras una reforma integral, la casa se convirtió en un lienzo en blanco abierto y conectado. "Un espacio sin tabiques, articulado por unas piezas artísticas y funcionales, que son además intencionadamente discordantes en cuanto a forma y materiales", tal como explican desde el estudio madrileño abierto en 2016 que se caracteriza por un lenguaje rotundo y sencillo.