A través de una equilibrada fusión de hormigón, madera, blanco y negro se ha creado esta casa en Hod Hasharon (Israel). Desde el exterior, el edificio parece una casa única, pero el interior cuenta una historia diferente: pertenece a dos hermanos y está dividida en dos casas que conviven una al lado de la otra, con un muro común que las separa que, de hecho, es el único elemento arquitectónico que tienen en común. El arquitecto Eyal Apple firma el diseño inicial que continuó el arquitecto Raz Melamed, que se centró en actualizar las aberturas diseñar las fachadas y planificar todo el diseño interior. La singular apariencia fue posible gracias a una cuidadosa planificación por parte del arquitecto, que ideó una unidad armoniosa y continua, sin particiones. Ésta no es una casa clásica de dos familias con una pared común que crea una imagen de espejo, ya que cada espacio está adaptado a las necesidades clientes con un lenguaje arquitectónico común que se apoya en líneas limpias, colores tranquilos y materiales naturales.