Al borde mismo de la cumbre de una montaña virgen, en Australia, rodeada de rocas de granito y de troncos de árboles muertos, se alza esta moderna casa de dos plantas (prefabricada en Sidney y finalizada en el sitio) revestida de cobre y concebida como un refugio para una o dos personas. Construida por Jeffrey Broadfield según el diseño de Casey Brown Architecture, la cabaña se expande y se contrae según se desee. Las alas revestidas de metal tienen la capacidad de ser izadas, abriendo la estructura y creando cuatro terrazas cubiertas, con vistas al norte y al este y a las montañas occidentales.
En el lado sur de la cabaña sobresale un tanque de agua con un sistema operativo de componentes móviles. Los interiores del refugio están elaborados a partir de madera reciclada y disponen de espacio para dormir y una cocina con una estufa de leña de combustión lenta. Para que un proyecto ubicado en un sitio tan remoto y aislado pueda culminar con éxito, es necesario un acceso sostenido al agua, que aquí se acumula en el tejado y se retiene para su uso.