Frente a la costa de Maine, en Nueva Inglaterra, este proyecto es una interpretación moderna, y dotada de particular gracia, de la tipología de casa tradicional de campo con pasago agrícola, típica de la región. Aquellas casas de tablillas blancas que el cine, en sus adaptaciones de grandes novelas escritas en esa zona, ha recreado aquel mundo de intrincados dramas familiares en un paisaje de bosques frondosos. Pero quizá en esas recreaciones no aparecía (o no tanto como para quedara impresa en la memoria) la relación jerárquica entre la prominente casa blanca y las menos deslumbrantes dependencias, que caracterizaba aquel conjunto tradicional y ha inspirado, en cierto sentido, el proyecto de la casa nueva.
A fin de dar alojamiento a varias generaciones de la familia, la casa principal se ha dedicado a la segunda y tercera (hijos ya mayores y nietos) y la nueva ha sido especialmente diseñada para la matriarca del clan. Una casa pequeña, simple y eficiente, y con un perfecto aislamiento que la protege de los fríos. Los dos edificios están unidos por un área común de césped y terrazas. Al revés de los tejados a dos aguas de la casa principal y de la nueva, la pieza adjunta a la segunda es un perfecto cubo con el "adorno" de una escalera metálica que continúa en la baranda perimetral de la terraza.